Babymetal: el Imperio del Metal Naciente















En el panorama musical (y en cualquier ámbito cultural) occidental, cualquier manifestación creativa que provenga de Japón es sinónimo de “friki”, y en muchas ocasiones este calificativo se lo han ganado por méritos propios. Por eso, en el caso de Babymetal no es una excepción, pero es algo totalmente diferente.

Cuando hablamos de ese “frikismo” japonés nos imaginamos (ya sea un grupo de música, unos dibujos o hasta un concurso de televisión) algo totalmente recargado, con gente gritando y colores y destellos que podrían provocar ataques epilépticos, como nos mostraron Los Simpson en aquel capítulo al que viajan al país nipón.


Pues bien, digamos que Babymetal es una mezcla de todo lo anterior pero bajo un telón Metal que no deja indiferente a nadie y que seguro que no habéis escuchado nada parecido.
Desde su debut con su álbum homónimo publicado en 2014, este grupo japonés no ha parado de cosechar éxitos allá por donde va.

Babymetal es un claro producto de marketing creado por la discográfica “Toy´s Factory” (curioso nombre) formado por tres adolescentes japonesas de apenas diecisiete y dieciocho años encargadas de las voces y de la coreografía al más puro estilo “teenager” japonés, y por un grupo de experimentados músicos de Heavy-Metal.

La verdad es que definir esto es complejo, ya que es una mezcla de j-pop (el pop japonés adolescente que dista bastante de lo que entendemos por pop adolescente al estilo Justin Bieber en occidente) con una combinación de Heavy-Metal, Nu-Metal, Power-Metal, Metalcore e incluso Death-Metal, todo esto acompañado por bases electrónicas, de rap y  samplers cercanos al Techno e incluso al Dubstep, y sin olvidar las menciones a su país natal con el uso de escalas clásicas japonesas que se dejan entrever en más de una canción.
Esta mezcla tan enrevesada la autodenominan “Kawaii Metal”, y realmente es una locura.

Lo que a primera vista puede producir rechazo simplemente por escuchar a estas tres adolescentes con esas voces semi-infantiles cantando en japonés, pronto veréis que os dejarán anonadados e incluso os engancharán. Todo consiste en otorgarles una oportunidad.


Y es que desde el primer tema titulado “Babymetal Death” (para empezar bien la cosa), sientes como si un ninja del periódo Edo te asestase un “katanazo” al apreciar, tras una introducción de tintes “épicos” parecida a un Réquiem del siglo XVIII, la calidad de los músicos que hay detrás de las tres protagonistas.
Es cierto que en este tema apenas hay una presencia de las voces de Sumetal, Noametal y Yuimetal (nombres artísticos de escasa originalidad que provienen de la primera sílaba de su nombre más el sufijo metal) y destacan más los coros guturales de los músicos que las acompañan, pero en el segundo corte ya podemos ver de verdad lo que es este grupo, con la mezcla de todos los estilos mencionados antes.

Temas como “Megitsune”, con cuatro minutos de duración en los que hay hueco para el j-pop, el metal con potentes guitarras bajo una base de sintetizador que marca la identidad de la canción, una parte más cercana al Death metal acompañada de escalas japonesas y un estribillo de lo más comercial y “adolescente” hacen que te sientas confundido, sin llegar a asimilar todo lo que muestran en tan sólo una canción, y este sólo es el segundo corte.



Esta sensación aumenta con temas como “Gimme Chocolate” (sí, la canción se llama “Dame Chocolate” y es de sus mayores éxitos) la cual te deja boquiabierto por la dureza con la que empieza, pero más boquiabierto te deja aún cuando las “niñas” empiezan a cantar, ya que parece como si estuvieses viendo un anuncio de bollos japoneses “Nikuman” o algo parecido, haciendo que sus antepasados llegasen a plantearse el tener que practicarse un Harakiri para no tener que sufrir ese bochorno.
Pero no os asustéis si no os podéis sacar después la canción de la cabeza y la cogéis “gustillo”.

¿Sorprendidos?, pues esperar a escuchar canciones como “Ii Ne!”, “Doki Doki Morning” o “Uki Uki Midnight” , donde el estilo “discotequero” toca techo con motivos muy fieles al concepto que entendemos nosotros por “frikismo japonés”. Rápidamente vemos como estos temas podrían ser la cabecera de algún dibujo Anime como Naruto o algo similar, pero cuando menos te lo esperas, irrumpen con bases de rap y guitarras que ni al mismísimo Glenn Tipton de Judas Priest se le hubiesen ocurrido.

A medida que el LP avanza te llegas a sentir como si estuvieses en un tatami frente a un luchador de sumo: no entiendes nada, estás desconcertado, incluso con miedo, y no sabes como has llegado a esta situación. Y más aún cuando ves los “pogos” que se forman en sus conciertos.


Pero poco a poco, y sorpresa tras sorpresa, se les va incluso cogiendo cariño, y esas vocecillas te van resultando familiares hasta el punto de serte graciosas, y más cuando en temas como “Benitsuki Akatsuki”, “Akumu No Rinbukyoku” o “Ijime, Dame, Zettai” parecen tomárselo más en serio, alejándose de ese “frikismo” y acercándose más al Power-Metal y al Metal Progresivo entre otros estilos, lo que puede recordar a grupos como Dragon Force por citar algún ejemplo. Posiblemente estos sean los tres temas que más se alejen de ese sonido j-pop, con gratos resultados.

Destacan otros temas que dejan buen gusto de boca como “Onedari Daisakusen”, tema menos recargado, de estilo Nu-Metal en el que es evidente la influencia de grupos como Limb Bizkit, (hecho que se asienta en el minuto 2:01 con la aparición de la voz de Fred Durst perteneciente al tema “My Generation”) o “Catch Me If You Can”, con igual título que el famoso largometraje protagonizado por Leonardo Dicaprio. Este último es de los temas más duros y oscuros, con guitarras basadas en semitonos y con una rápida percusión adulterada electrónicamente con ritmos de Drum n Bass, pero que, como ya nos tienen acostumbrados, se convierte en un estribillo bastante suave para lo que es el resto de canción, pero que rápidamente se pegará a tu oído y hará que te contonees involuntariamente escuchando esa melismática melodía vocal.


Un total de trece canciones, entre los cuales no existe hueco para una sola balada, componen este más que sorprendente y curioso proyecto. Un producto comercial que, no por este motivo hay que negar su calidad y el riesgo que supone convertir en un fenómeno de masas una apuesta tan, digamos, retorcida y por supuesto temeraria, como es la unión del pop adolescente japonés con el metal más duro. Una mezcla de lo más original que ha cosechado un éxito rotundo alrededor del mundo, realizando giras mundiales y con una puesta en escena que muchos grupos míticos quisieran en sus conciertos.

Todo esto ha conseguido que en abril hayan sacado su segundo álbum “Metal Resistance”, por lo que sabemos que tendremos Babymetal para unos años, por lo menos hasta que estas adolescentes lleguen a la veintena, momento en el cual puede que sean relevadas, o el proyecto desaparezca, pero que hasta ahora se han ganado un espacio en los principales festivales del mundo, así como la aceptación y el asombro de artistas de la talla de Kirk Hammett o Slash y un hueco en el duro y metálico corazón de los heavys más curtidos.


Título: Babymetal
Año: 2014
País: Japón
Género: Kawaii Metal

Discográfica: Toy´s Factory
Integrantes: Sumetal (voz principal), Noametal y Yuimetal (voz secundaria y coros), Takayoshi Ohmura - GuitarraLeda - GuitarraMikio Fujioka - GuitarraBOH - BajoHideki Aoyama - Batería, Yuya Maeta - Batería

Formato: CD, Vinilo, Formato digital en iTunes, Spotify y Deezer.   http://www.babymetal.com



Álvaro Entrena

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