Seis discos de música jamaicana sin los que no podría vivir

Discos hay muchos, buenos no tantos. A lo largo de estos últimos años he tenido la oportunidad de disfrutar de grandes trabajos musicales que me han acompañado en los buenos y malos momentos de la vida. Un puñado de canciones que se han quedado en mí para siempre formando parte de la banda sonora personal que da ritmo al paso del tiempo. Hoy quiero hablaros de algunos discos de música jamaicana que se han convertido en obras fundamentales dentro de mi biblioteca sonora y con los cuales hago más placentera mi existencia. Quiero compartir lo que son mis discos favoritos de Reggae, Rocksteady y Ska del panorama estatal actual, que nada tiene que envidiar a otras épocas pasadas ni a lo que ocurre en otros puntos geográficos. People get ready, It´s time to Reggaesteady!

Akatz - Rudo Bilbao

Brixton Records, 2009

Este disco llegó mis manos cuando todavía no conocía muy bien la música jamaicana de raíz, aquellos sonidos más añejos de esta isla del continente americano. Ya había oído hablar de esta banda hacía muchos años pero no me había parado nunca a escuchar sus encantos. Y como un soplo de aire caribeño, sus canciones aterrizaron en lo más profundo de mí interior. Después de una larga temporada de adolescencia, Ska calimochero y ritmos pachangueros me encuentro con esta música en la cara, golpeándome con alegría y fuerza. Diez temas delicados que abarcan del Ska más clásico al Rocksteady más dulce, perfectamente arreglados y con melodías que consiguen atraparte en pocos segundos. Una atmósfera sonora de gran densidad que te transporta a otros lugares mágicos. Canciones instrumentales que se mezclan con otras cantadas en castellano entre las que se incluye alguna adaptación de grandes éxitos de artistas consagrados como Lord Tanamo o Keith & Ken. Una colección de temas que te mantienen en otra dimensión durante el trayecto sonoro y que te dejarán bien predispuesto a Ska, con unas ganas tremendas de escuchar estas canciones durante un buen rato. Podría afirmar que Akatz ha sido una de las bandas a las que le debo mi acérrima militancia en la secta del Reggae. Sin lugar a dudas, en su momento fueron un gran anzuelo y Rudo Bilbao el disco que hizo de cebo para atraparme en los ritmos jamaicanos. Eso sin olvidarnos del increíble show que montan encima de un escenario con el que convierten la pista de baile en una auténtica locomotora de desenfreno y emoción.





Los granadians del espacio exterior - El temperamental sonido de los Granadians

Liquidator Music, 2004

Escuchar un disco que sale a la luz bajo el sello madrileño Liquidator Music es siempre garantía de calidad. Un proyecto musical que este año cumple su mayoría de edad y bajo el que han salido ya más de ochenta trabajos dentro de los diferentes géneros jamaicanos de raíz. De aquí nos han llegado grandes clásicos de la cultura musical jamaicana de nuestro país como el que os traigo a continuación: el que es para mí uno de los mejores discos de Rocksteady en castellano de todos los tiempos. Os hablo de la primera larga duración de esta banda del espacio exterior que tanto emociona a los jóvenes de la tierra. Un trabajo con un profundo aroma romántico donde las letras amorosas y de tipo sentimental se mezclan con dulces y preciosos temas instrumentales que destacan por los sonidos de sus teclados. Una mezcla de Rocksteady y Reggae de los sesenta con un personal toque yeyé y popero, que hacen de este álbum una auténtica medicina sonora contra el desamor y los días tristes. De aquí han salido grandes himnos para los aficionados al Reggae más vintage, grandes hits como “Yo no miento”, “No puedo vivir sin tu amor”, “Reggae Clam Clam” o “Todo lo que quiero eres Tú”. A lo largo de sus 11 cortes podemos dejarnos llevar por los ambientes más analógicos y monoaurales de las décadas pasadas, bajo unos coros que atrapan con facilidad y unos órganos que llenan de groove y densidad el disco. Sonidos de otras galaxias que llegan a nuestro planeta para hacernos vibrar a ritmo de un dulce Rocksteady como solo ellos saben hacer. Una auténtica joya para la escena de las bandas de influencia sixtie en nuestro país.




The Gramophone AllStars - Jazzmaica

Bankrobber, 2014

Si tuviera que quedarme con una época o corriente dentro del Jazz quizás sería con aquellos años locos de las Big Bands y los grandes bailes de salón a ritmo de Swing. Algunos hablan del Ska como el sonido que recogió la influencia de esta música y el R&B norteamericano de finales de los cincuenta y lo mezcló con los ritmos del caribe en un momento de celebración independentista. Y toda esta gran chapa para presentaros el trabajo de esta banda catalana, de estas estrellas de la gramola, que es una buen ejemplo de cómo se debe producir un disco y más aún si tenemos en cuenta que en el mismo han participado 15 músicos. Con un título que te llega en pocos segundos directo al cerebro, estos 11 temas aportan aire fresco a la escena jamaicana de nuestra península. Un álbum con mucho Jazz, Ska, Reggae y un aroma Funk muy sabroso en una perfecta mezcla de fragancias sónicas de raíz afroamericana. Una potente sección de vientos que golpean con fuerza, delicadeza y mucho swing; arreglos estudiados al detalle, unos teclados mágicos y una voz tan dulce que te mantiene en un estado de encantamiento mental a lo largo del avance del disco. Un trabajo dirigido por el saxofonista Genis Bou, donde han sabido mezclar creaciones propias con referencias a otros artistas como Sam cooke, James Brown, Ray Charles o The Maytals, además de un pequeño homenaje a John Coltrane. Uno puede llegar a plantearse dedicarse por completo al jazz para poder aprender de verdad esta música y hacer maravillas como las que salen en este trabajo al pasear por las calles de Valladolid escuchando a los Gramophones a todo volumen y moviendo los brazos bajo la atónita mirada de los serios ciudadanos de la urbe... Ahí lo dejo.




The Upsttemians - Reggae Lessons

Oldies but Rudies Records, 2011

Aún recuerdo cuando llegó a mis manos el recopilatorio Será si hay, un tributo a Potato. Un disco en el que se rinde homenaje a la mítica banda de Ska y Reggae de Gasteiz con versiones de casi veinte grupos desde muy diversos rincones de la península. Así fue como conocí a los Upsttemians, un grupo que me llamó bastante la atención porque tenían una especial habilidad y un puro derroche de esencia caribeña añeja, y desde entonces esta banda también tiene un hueco en mi corazón jamaicano. Desde las entrañas de Madrid, y con miembros bastante activos en numerosos proyectos musicales de la capital, este curioso combo de reggae ha marcado mi vida para siempre. Y a pesar de que mi canción favorita de este grupo, el tema más veraniego de la banda, no se encuentra en este trabajo, he de reconocer que este disco es una auténtica obra maestra de principio a fin. Un álbum que demuestra su madurez como banda y donde saben combinar el Reggae con más groove con el Ska más clásico. Sin duda, lo mejor de este trabajo, lo que más me gusta, es esa característica voz rasgada del cantante, que le da un toque muy personal pero sin perder la esencia y pureza sesentera. Además de la potencia del sonido valvular de sus teclados Hammond, me fascina bastante la inusual sección de vientos formada por una trompeta, una trompa y un fliscorno. Un LP de 13 temas que se pasan en un instante, sin darte cuenta de que llegamos al final, ya que cada una de sus paradas es un intenso momento sonoro que desearás escuchar decenas de veces. Con grandes canciones como “Take your Time”, “Stop Pretending Me”, “Cule by Bus”, o “Imperfect”, una especie de batalla musical entre dos instrumentistas de viento de sobra conocidos en los entornos jamaicanos como son el saxofonista David Hillyard y el trombonista Mr. T-Bone. En definitiva, unas buenas lecciones sobre Reggae y música jamaicana que te dejarán con la sensación de haber progresado adecuadamente al escucharlo.





Smooth Beans - At low Fyah!

Liquidator Music, 2011

¿Si tuvieras que irte a una isla desierta y llevarte un disco cuál sería? Siempre he deseado contestar a esa pregunta en alguna revista o fanzine para poder afirmar sin apenas dudarlo: el At low Fyah de los Smooth Beans. La elección de un disco para la eternidad sería esta joya, esta obra maestra de la música jamaicana. Y además me siento orgulloso de que haya sido el primer LP que compré, aquel que abrió mi colección musical de plásticos negros hace unos pocos años y que no ha parado de sonar en todo este tiempo, una especie de antidepresivo a la jamaicana. Sus perfectos y cuidados arreglos vocales acompañan a las melodías de un teclado Hammond con fuerza y groove, que fluye entre la elegancia del Rocksteady que destila el sonido de estos cántabros. La verdad es que a fuego lento la comida sabe mejor y aquí queda bastante plasmado a lo largo de sus diez temas. Es el típico disco del que puedes afirmar con rotundidad que no hay ninguna canción mala, que haya alguna que sobre o que no sea un temazo digno de alabanzas. Y además si la producción la lleva a cabo un técnico y productor de la talla de Roberto Sánchez, el resultado es algo inmenso. ¿Qué podría decir de grandes hits como "The Road of Cherokee", "Kingstonyte", "At low Fyah" o "To the Mount"? Solo maravillas. Disfruten de este tesoro de las profundidades del Cantábrico, súbanse a este reggae-train mientras se dejan llevar por sus paradas.




Al Supersonic and the Teenagers - Not too young
Unique Records, 2010

Los Teenagers no son una banda de música jamaicana como tal. Su sonido en todo caso se podría definir como Northern Soul del siglo veintiuno. Pero el hecho de haber grabado junto a Roy Ellis y compartir escenario con grandes bandas de la escena jamaicana más añeja me hace pensar que son unos buenos amantes de estos sonidos y que en el fondo también han sido influenciados por ellos. Es por eso que he querido incluir aquí este álbum, me gusta tanto que no podía olvidarme de él. Este trabajo, que es la primera larga duración de la banda, está compuesto por 12 temas que me fascinan por la dulzura de sus guitarras, el acertado toque melódico de la sección de vientos que acompaña y da soporte a la voz, y la suavidad de una batería que nos mantiene despiertos y sin parar de movernos. Un disco cargado de intensidad y euforia, pero sin abandonar la elegancia y la delicadeza, en temas como "Stand by me", "Mercy Mercy", "The United Nation of Soul" o "Lean on Me" con los que te será imposible parar de bailar. Estas canciones demuestran que esta banda ha sabido recoger de una manera acertada el testigo de un género musical tan elegante y refinado, a la vez que desenfrenado y pasional. Al fin y al cabo no podía ser de otra manera con un sonido que hace referencia al alma, al espíritu.







Sansi Walker

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