Si no puedo perrear, tu revolución no me interesa

Es posible que al pensar en electrocumbia, reggaeton y otras variedades de sonidos de raíz latina y afrocaribeña de estos tiempos modernos se te vengan a la cabeza una serie de canciones fuertemente marcadas por sus altas dosis de machismo. Sí, es verdad, por desgracia esto ocurre bastante en una música donde a menudo se perpetúan los valores patriarcales de nuestra sociedad y cuyo mensaje cala hondo en el comportamiento y las actitudes de la juventud.

Muchas veces, desde ciertos entornos alternativos y de revolución calimochera, parches, pose y escaparate de fin de semana se critican y estigmatizan a estos estilos por estos motivos, y sí, es algo criticable y cuestionable, pero al fin y al cabo, la música es solo música y lo que debemos cambiar es el mensaje al cual esta da soporte. Esto no pasa menos en otros estilos que algunos defienden sin ningún tipo de cuestionamiento ni crítica. Claro que a veces no nos damos cuenta, ya sea por el idioma o por no ser demasiado evidente,que en otros géneros, que algunos parece que no son capaces de cuestionar , las actitudes patriarcales, sexistas u homófobas son el pan de cada día. ¿O es que acaso en el punk, el hiphop, el reggae u otros estilos musicales no hay machismo y actitudes autoritarias?

Sin embargo, desde hace unos pocos años , un puñado de artistas están dándole la vuelta a la tortilla y utilizando estos sonidos, altamente recomendados para mover las caderas, como una herramienta para transmitir las ideas feministas, las teorías queer, el pensamiento antripatriarcal o la difusión del cambio y la transformación social. Hablamos de cómo una serie de bandas, artistas, cantantes, etc. están empezando a apropiarse de estos ritmos para subvertirlos y llenarlos de un contenido totalmente opuesto, en un intento provocativo y sabroso que está haciendo mover las caderas a muchos punks y dando mucho que hablar dentro de lo que se conoce como escena musical underground. Nos referimos a mujeres, trans, bolleras, maricas y otras identidades no heteronormativas que han decidido empoderarse y visibilizarse en los escenarios, con un micrófono, con un mensaje, desde los cuerpos y contra cualquier forma de dominación.

Vamos a comenzar un pequeño recorrido por unos cuantos grupos y proyectos musicales que están siendoel centro de atención de esta nueva corriente, que avanza por suerte en una buena dirección. Un pequeño viaje para conocer a algunas de las bandas, artistas, cantantes y creadores que están haciéndose un nombre dentro de la escena cumbiera y reggaetonera de todo el mundo, en un intento de visibilizar otras realidades y otras perspectivas.

Para comenzar os presentamos a Rebeca Lane. Desde Guatemala, su voz inspira fuerza para todas las rebeldes e indígenas de la tierra que resisten frente a los abusos del patriarcado, el colonialismo y la globalización. Poesía venenosa, hip hop con altas dosis de cumbia y otros sonidos más electrónicos, letras profundas, directas y personales de clara influencia libertaria y en defensa de las raíces de los pueblos oprimidos del planeta. Su estilo es bastante propio y a veces difícil de encasillar dentro de unas etiquetas concretas, cosa que por otra parte no es imprescindible. Lo que más destaca de esta poeta sonora son sus videoclips que se caracterizan por su gran calidad audiovisual y su originalidad sin olvidarse de un mensaje claro y directo. Y es que el hazlo tu misma no significa ser un cutre y hacer las cosas mal, que quede claro.




Moviéndonos un poquito al sur del continente latinoamericano llegamos hasta Argentina para presentaros a un grupo de mujeres cumbieras que se llaman Las Conchudas, una palabra que se usa en esas tierras como insulto para las mujeres que no siguen los patrones marcados, las mujeres malas, las malas esposas... Término del cual se han reapropiado para subvertirlo y desestigmatizarlo. A pesar de no tener nada grabado en estudio, o al menos no tenemos constancia de ello, están haciendo sonar el mensaje antipatriarcal a través de los videos de sus actuaciones en directo. Videos con bastantes visitas y que han recibido numerosas críticas en las plataformas digitales por parte de los usuarios que comentan entusiasmados en un intento por demostrar quién es el más super-machito. Debates absurdos y vacíos tras una pantalla que reflejan cómo está el patio y todo lo que falta por construir y por avanzar. Y como dice aquel grupo de Madrid, hay mucha gente entregada luchando de corazón pero tu mides tus frases para ganar la discusión, valiente, al menos da la cara... Pero que importa, ¿cuándo no ha sido criticada cualquier expresión rebelde y desobediente? Si os molesta que una mujer decida no depilarse tenéis un serio problema en la cabeza que deberías miraros.




Siguiendo en estos lugares de la patagonia, desde Buenos Aires os traemos a continuación a Kumbia Queers, un grupo de seis mujeres que se definen como punk tropical, tropipunk para las amigas, y que empezaron haciendo versiones de clásicos de la distorsión con ritmo sabrosón y letras llenas de poesía queer. Y es que el nombre lo dice bastante claro, para que no quepan dudas sobre lo que hacen, que luego vienen los disgustos y sentimos nuestros privilegios desmontados y atacados en una canción. Con cuatro discos a sus espaldas esta formación te hará no poder parar de bailar desde el primer momento en el que empiecen a sonar en tu gramola. Un proyecto altamente adictivo y provocativo. Avisadas quedan...




Y desplazándonos hacia el Caribe, llegamos hasta Cuba, esta maravillosa isla mundialmente conocida por el ritmo que recorre las venas de sus habitantes, además de algunas otras cosas que no le gustan demasiado a los Estados Unidos. Desde estas latitudes os traemos a las Krudas Cubensi, un proyecto formado por dos lesbianas transfeministas que empezaron con este proyecto estando fuera de la isla y quienes nos ofrecen un puñado de canciones desde la escuela del hiphop consciente cubano, con influencias latinas y caribeñas que llegan hasta el dancehall más electrónico. Krudas, no procesadas, no cocinadas, sin refinamientos, pero también dulces, sensuales, sexuales, jugosas y contagiosas, así nos lo recuerdan en su web. Música rebelde y una llamada a la insurrección global desde empoderamiento de la no normatividad. Un grito de guerra contra el sistema colonial que somete a los pueblos, las mentes y los cuerpos.



Aquí acaba nuestro primer viaje por algunos de los destinos de esta nueva escena de cumbia, reggaeton y latineo queer. Ahora solo falta que pongáis la música a todo volumen y empecéis a mover las caderas con estos sonidos sabrosones que nos alegran la vida. No lo olvidéis, si queréis música con mensaje podéis hacerlo sin recurrir a la distorsión, que nos encanta pero ya aburre un poco, y dejaros llevar por las síncopas rosas, moradas y rebeldes que estas canciones nos ofrecen.

Sansi Walker











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