The Zarrapas, 11/12/15, Sala Black Pearl, Valladolid.
El grupo de rock vallisoletano The Zarrapas presentó en la sala Black Pearl su nuevo disco titulado El Gran Desastre. La hora de comienzo estaba prevista a las 20,30 pero como de costumbre, el concierto empezó con retraso. Una vez dentro, mi debilitada situación económica pasa por un momento de crisis: pido una cerveza y… ¡zas! tres malditos euros por un mísero botellín. Olvidado el duro golpe y mientras saboreo hasta la última gota de la birra, un cañonazo de decibelios golpea mi escuálido cuerpo tras el primer acorde; los Zarrapas ya están en el escenario. Rock clásico y potente articulado con pegadizos riffs al más puro estilo AC/DC combinado con la voz aguda, chillona y desgarrada del cantante resumen el sonido base del grupo en cuestión. Es evidente que tienen más que asumido el género. A pesar del alto volumen del bajo, el teclado, la batería acústica y la distorsión de las dos guitarras eléctricas, la sensación no es de una bola de ruido sino, todo lo contrario, un correcto empaque, seguramente por el buen equipo y el correcto manejo de los intérpretes.
El grupo de rock vallisoletano The Zarrapas presentó en la sala Black Pearl su nuevo disco titulado El Gran Desastre. La hora de comienzo estaba prevista a las 20,30 pero como de costumbre, el concierto empezó con retraso. Una vez dentro, mi debilitada situación económica pasa por un momento de crisis: pido una cerveza y… ¡zas! tres malditos euros por un mísero botellín. Olvidado el duro golpe y mientras saboreo hasta la última gota de la birra, un cañonazo de decibelios golpea mi escuálido cuerpo tras el primer acorde; los Zarrapas ya están en el escenario. Rock clásico y potente articulado con pegadizos riffs al más puro estilo AC/DC combinado con la voz aguda, chillona y desgarrada del cantante resumen el sonido base del grupo en cuestión. Es evidente que tienen más que asumido el género. A pesar del alto volumen del bajo, el teclado, la batería acústica y la distorsión de las dos guitarras eléctricas, la sensación no es de una bola de ruido sino, todo lo contrario, un correcto empaque, seguramente por el buen equipo y el correcto manejo de los intérpretes.
Chapó en la parte promocional, supieron vender la presentación de su disco.
La sala estaba a rebosar y es que la entrada te aseguraba la participación en
un sorteo con la posibilidad de ganar desde una botella de Jack Daniel´s a una
guitarra eléctrica o una cena para dos personas. Los ocho años del grupo y sus
dos discos no pasan en balde. En resumidas cuentas, un espectáculo bien
preparado, trabajado y organizado que
ofreció un buen sonido (dentro de las
limitaciones de la sala) y unas dos
horas de diversión. Como puntos en contra diría, en primer lugar, que sus
arreglos musicales fueron muy predecibles y evidentes en todo momento. El
estilo en el que se fijan tiene unos rasgos propios muy delimitados y no se
presta a modificaciones por lo que si esperas escuchar algo nuevo puede
decepcionarte. En segundo lugar, aunque la sala esté situada en pleno centro,
no es la que ofrece la mejor acústica y visibilidad de Valladolid y es que ¿Qué
demonios pintan dos pedazo de columnas en todo el maldito centro de la sala? En
fin… todo esto y alguna cosilla, que
seguro que se me ha escapado, es lo que viví en aquel concierto de los
Zarrapas, ahí lo dejo ¡Paz y amor hermanos!
Si quieres escuchar su segundo y último disco, así como el
primero, haz click en los siguientes enlaces que pongo a tú disposición:
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