¡Viva Verdi!



1 de Febrero de 2016, el departamento de Historia y Ciencias de la Música invitó a los alumnos de grado a asistir gratuitamente al ensayo general de una ópera estrenada allá por el año 1887 en el gran teatro Alla Scala de Milán, ni más ni menos que “Otello” de Guisseppe Verdi. En este caso, la producción corre a cargo de Sergio Alapont como director musical y Paco Azorín como director de escena y escenografía junto con la OSCyL y el Coro de Amigos del Teatro Calderón.


Os dejo unos links por si queréis informaros sobre el bagaje del director musical y de escena: http://sergioalapont.com/ http://pacoazorin.com/. Llegado el día somos poca gente la que espera ansiosa a las puertas del teatro Calderón de Valladolid. De hecho poco tiempo antes de la apertura de puertas veo a algunos encargados ofrecer entradas a todo aquel que pasa por los alrededores del teatro. Son ya las 20:30h y se abren las puertas. Mucha de la gente que paseaba ajena al evento ha aceptado las entradas gratuitas de última hora y entran con nosotros, yo creo que para refugiarse del frío. Una vez dentro, mmm huele a teatro, me dispongo a localizar mi asiento, Fila 2, nº24 y… zona Paraíso. No sé si reír o llorar, me ha tocado otra vez en “El Paraíso”… me niego a tener que ver detrás de un señor o señora y estirar la cabeza para conseguir ver algo con claridad pero bueno habrá que conformarse, ¡it´s free! Todo está preparado y en menos de lo que canta un gallo comienza el ensayo. Otello, protagonizado por el tenor Fabio Armiliato, desembarca sano y salvo en el Calderón tras la batalla con la flota turca al grito victorioso de “Esultate! L’orgoglio musulmano sepolto è in mar”.

El timbre oscuro y el buen control en los dos registros opuestos del tenor italiano cumplen las exigencias de un papel de tenor dramático como es Otello. Ciertamente se trataba de un ensayo, por lo que Fabio Armiliato no apuró demasiado la voz. En el papel de Desdémona, estaba la prestigiosa soprano valenciana Isabel Rey que supo superar las exigencias físicas que conlleva su papel en una obra tan convulsa como ésta. Estamos hablando, tanto el tenor como la soprano, de dos cantantes líricos de prestigio que han actuado en escenarios como el de Zurich o la Metropolitan cantando en nuestra ciudad. La bella, mágica, potente y eficaz música de Verdi confluye en una puesta en escena (sutil pero competente) y unos personajes cargados de aroma shakesperiano en el que el personaje de Yago (el envidioso alférez de Otello, interpretado por el barítono Rodrigo Esteves), adquiere bastante más protagonismo de lo esperado. He de reconocer que no me moví del asiento en los 4 actos de la ópera, quedé totalmente engullido por la trama, por lo que en un visto y no visto ya me encontraba en el sobrecogedor desenlace. El gran dueto final entre Otello y Desdémona no dejo indiferente a nadie. El acierto en la interpretación de ambos cantantes con el refuerzo orquestal, lograron el resultado esperado, ¡Qué sensación! No soy de llorar cuando voy al teatro o el cine pero he de reconocer que alguna lagrimilla se me escapó. En fin, el teatro calderón brindó una producción de alto nivel artístico, que bien podría haberse desarrollado en cualquier otro teatro europeo, a 45 min de mi casa, ¡VIVA VERDI!

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