Zerbait asmatuko dugu (Berri Txarrak). Los 117 segundos más coherentes.



Pensar lo que se dice o decir lo que se siente es un  privilegio del que pueden presumir muy pocas personas a las que les dicen ser coherentes. En la música popular urbana, de cierta forma ocurre lo mismo.  En dos dimensiones diferentes se encuentran la música y la letra, y en un momento dado, deciden converger para dar un sentido único a una determinada canción. Cuanto mejor sea esta mezcla, mayor coherencia tendrá el tema.
Pues por si esta fuera poco, desde que se estrenara el primer videclip de la historia (1975), existe una dimensión más a la que prestar nuestra atención y nuestros sentidos. El videoclip ha evolucionado mucho desde sus inicios, pero también puede ayudar (aún más si cabe), a reforzar el sentido de la canción en sí. Dicen que una imagen son más de mis palabras, pero aquellos que lo dicen es porque nunca han intentado ordenarlas.





Prácticamente coincidiendo con el lanzamiento de su último álbum de tres EPs en uno, “Denbora da Polígrafo Bakarra”, vio la luz el primer videoclip perteneciente a este trabajo. “Zerbait asmatuko dugu” fue el tema elegido por Berri Txarrak y se encuentra en el EP más crudo, cañero y con tintes de punk de los tres. Mensajes directos y claros, melodías agitadas y breves. Zerbait asmatuko dugu trata un tema que por desgracia está demasiado de moda en el estado español. Una situación límite en la que se encuentra una familia compuesta por una madre y una hija que esperan una llamada que les saque de esa angustia. Que les saque de ese sinvivir que produce la incertidumbre de no saber qué va a pasar con el futuro más próximo, de vivir con la preocupación de tener las necesidades básicas cubiertas, de no ser desahuciadas y tener la nevera llena.

Podemos decir que el videoclip ayuda a reforzar el mensaje de la canción de una manera magistral. Por ese motivo, no es casualidad que “Zerbait Asmatuko Dugu” ganara el premio a mejor videoclip del Festival de Vídeos y cortometrajes de Caostica de Bilbao.  Con una combinación de  animación e imágenes reales logra a dinamización del clip que mantiene la atención del espectador hasta el final. Con un uso del mise en abyme, se van sucediendo escenas de personas con estética estadounidense de las primeras décadas del siglo anterior en situaciones desesperadas.  Todo acaba con la imagen de un teléfono antiguo sonando. Esa llamada que de forma tan angustiosa esperaban la madre y la hija. La misma que a día de hoy muchas familias siguen esperando


  JAM


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