10 chansons en homenaje a Jacques Brel

      De entre los cantautores de la chanson, especialmente en su contexto más “clásico”, siempre han destacado tres figuras: Leo Ferré, George Brassens y Jacques Brel. Brel, belga, fue el mayor poeta del amor de la chanson francesa. Sus canciones llegaron a ser interpretadas por cantantes como Edith Piaf y Nina Simone, a pesar de que su carrera duró solo 15 años debido a una muerte prematura provocada por el cáncer de pulmón. Hoy, hace 91 años, nació Jacques Brel, y, como homenaje, aquí os presento 10 de sus canciones.



Grand Jacques (c'est trop facile) (1954)

      Esta es una de las canciones más tempranas de Jacques Brel. En ella se observa una gran influencia del folclore bohemio y polaco. De hecho, la melodía instrumental contiene reminiscencias de la canción tradicional polaca "Dwa Serduszka". La letra parece dirigida hacia él mismo, echándose en cara su propia hipocresía. Pero, la lectura se dobla, puesto que, realmente, está criticando la hipocresía de la Iglesia, la burguesía o los militares.


Quand on n'a que l'amour (1957)

      Perteneciente al segundo álbum de Brel. Musicalmente se caracteriza por el uso del crescendo, recurso típico en la música de Jacques Brel. Aquí tenemos una canción de amor, y del poder de este. Aquí, Brel usa la apódosis (lanzamiento de proposiciones), lo que da mayor fuerza al texto.


Ne me quitte pas (1959)

      Y aquí nos encontramos, posiblemente, ante la canción de amor más triste y bella de todos los tiempos. “Ne me quitte pas” es una súplica, una historia de amor patética. La historia de esta canción parte de una historia de amor. Todo se remonta a 1955, cuando Brel se muda junto a su familia a París. Allí conocería a “Zizou”, una actriz cómica con la cual mantendría un amorío durante casi 5 años. El final es trágico. Brel abandona a su amante abandonada mientras ella le suplicaba. Como una especie de redención, surge “Ne me quitte pas”, en la cual el se coloca en la figura del amante que implora “ser la sombra de su perro”. Con la música, caracterizada por la influencia de Liszt y el uso de las ondas Martenot, unida a la desgarradora letra, tenemos una de las obras maestras de la chanson.


Le plat pays (1962)

      Una gran llanura se extiende ante ti. El paisaje libre de montañas de cada punto y cada tiempo. “Le plat pays” es un canto a la belleza y el paisaje, la gran llanura, de Bélgica. Inspirado por el poema “La Venoge” de Jean Villard, decidió escribir sobre el paisaje de su país. Cada verso corresponde con un punto cardinal y una estación. Esta, más que una canción, es un poema hecho canción. De hecho, en “En Scènes”, álbum póstumo de rarezas, hay una versión declamada de la canción.




La valse à mille temps (1959)


      Aquí nos encontramos ante un vals que nos transporta directamente al París bohemio del siglo XX. Partiendo del vals, la pieza utiliza de nuevo el crescendo y la aceleración como principales recursos. La propia letra, que nos habla de París y del amor, muestra cómo el tiempo se acelera a la par que la música.



Ces gens-là (1965)

      Una de mis canciones favoritas del cantante belga. Con un ritmo continuo basado en dos acordes, el narrador describe una familia de la pequeña burguesía a otro sujeto, un Monsieur. La descripción de esta es despectiva, en parte funcionando como crítica a este grupo social. Pero, es hacia el final cuando se descubre la verdad, y es que esta familia no le permite casarse con la joven Frida. Con lo cual, tenemos a un falso testigo. Los versos finales cierran con maestría esta canción, mostrando como el propio narrador forma parte de la misma clase social que la familia a la que describe.

“Mais il est tard, Monsieur 
Il faut que je rentre chez moi”



Les bourgeois (1962)

      "Les bourgeois" tiene una estructura narrativa similar a "Ces gens-là", presentando la verdad al final de la canción. En la primera estrofa nos muestra a tres amigos veinteañeros que, por las noches, mostraban su trasero y cantaban a los burgueses que salían del Hôtel des Trois Faisans. La evolución de la canción nos muestra a los tres jóvenes convertidos en notarios y bebiendo en el hotel, recibiendo los mismos cánticos de los jóvenes y denunciando estas acciones a la autoridad.





La ville s'endormait (1977)

      La ciudad se ha dormido. Un viajero pasea solo por las calles nocturnas, envuelto en una nube negra. El final se acerca, y es llevado por la fatiga y el dolor. Al final, el tiempo se mece lentamente hasta detenerse. Una de las piezas más tristes y mágicas de Jacques Brel, en la que la música se mueve lentamente, con unas pocas notas, hacia el final.



La chanson des vieux amants (1967)

      Esta es, la canción de amor más bella y honesta jamás escrita por Brel. “La chanson des vieux amants” es una carta sobre el amor maduro, sobre la vejez de una pareja, una pareja que ya se conocen bien, que han superado miles de tormentas, pero que, al final, todavía existe el amor, aunque este sea un amor distinto al loco amor de la juventud. Una belleza de canción de amor en su forma más honesta.


Les marquises (1977)

      “Les marquises” es el último canto de Jacques Brel. Grabada en una sola toma un año antes de la muerte del cantautor. “Les marquises” cierra el legado musical que supone el último disco del cantautor belga, “Brel”. Jacques Brel se había retirado años atrás a las Islas Marquesas, en la Polinesia Francesa. “Les Marquises” es un canto a estas islas y, a su vez, a lo inevitable del paso del tiempo y de ser tocado por la muerte.

“Et par manque de brise, le temps s'immobilise”


Daniel H. Hompanera


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