Desde entonces ya, Castilla, no se ha vuelto a levantar.



Hoy día 23 de abril, en Castilla y León conmemoramos la Batalla de Villalar. En 1521, «y en abril para más señas», las fuerzas soberanas en favor de Carlos I derrotaron a las comuneras, encabezadas por Bravo, Padilla y Maldonado, en la batalla más decisiva de todo un crudo y largo enfrentamiento conocido como la Guerra de las Comunidades de Castilla. 

Villalar de los Comuneros. Extraído de www.eldiario.es

Tras la muerte de Isabel la Católica, se desarrolló un periodo de inestabilidad política hasta el punto de que Carlos I de España y V de Alemania -el extranjero- acabase autoproclamándose como rey, algo que el pueblo no acabó de encajar y, bajo un cierto prisma de desconfianza, lo acabó advirtiendo como una amenaza. Sería para el 1520 cuando estallase la revuelta comunera en Toledo extendiéndose a otras provincias y municipios como Valladolid, Segovia, Salamanca, Toro, Medina del Campo o Ávila, siendo en ésta última donde se nombrase a Juan Padilla como general de la Junta Comunera con el fin de buscar un sustituto a Carlos. Más concretamente, pidieron como reina a Juana I, quien era legítima heredera y a quien los imperiales encerraron bajo el pretexto de su locura. Así, Los Comuneros, contando con poca organización y un pequeño ejército, comenzaron algunas escaramuzas con el objetivo de combatir a este emperador y a sus partidarios, en su mayoría nobles, quienes para entonces contaban con un ejército bien organizado y mucho más numeroso. Finalmente, estas tropas imperiales enviaron sus caballerías para dar caza a estos comuneros en la víspera del 23, siendo sus líderes ajusticiados y ejecutados un día después. 

Pintura de Antonio Gisbert 1860. Extraído de www.casarealdeespana.es. 

 A través de la rememoración de este pasado, lo que para algunos ha sido considerado como «el último suspiro de la libertad castellana», los castellanoleoneses también celebramos el día oficial de nuestra comunidad desde que en 1986 así se decretase. Por tradición, en el propio municipio de Villalar de los Comuneros se desarrollan una serie de actividades de carácter festivo y popular. Por un lado, está la acampada nocturna, mayormente vinculada a esa población joven todavía capaz de aguantar toda una madrugada de fiesta y de múltiples conciertos de música popular urbana. Por otro, ya hacia el mediodía y bajo un contexto más familiar, la fiesta prosigue con la intención de comer, beber, bailar y cantar, donde todo un repertorio de música y danza de tipo tradicional es desarrollado en este día, adquiriendo, además, un importante peso. 

Villalar de los Comuneros. Extraído de www.puebloenpueblo.com

Esta celebración es un ejemplo más que pone de manifiesto cómo la música juega un papel fundamental en la formación de nuestras identidades. En nuestro caso, el conocido Canto de Esperanza se configura como el más notable encargado de recoger y transmitir todas estas significaciones. Muchos de vosotros seguramente lo conozcáis por la versión musicada que el conjunto Nuevo Mester de Juglaría creó en 1976, pero el origen de éste debe remontarse unos años antes, más concretamente a 1972, cuando fue creado como una de las partes del poema Los Comuneros escrito por el poeta berciano Luis López Álvarez. 

Componentes del grupo. Extraído de www.nuevomesterdejuglaria.com


Este año, la propia agrupación del Nuevo Mester de Juglaría nos ofrece una particular interpretación con la que celebrar, desde casa, una conmemoración que no ha podido realizarse por el actual estado de alarma en el que nos encontramos: 


Pero no han sido los únicos, también el grupo de folk medinense, Tierra Seca, desde su cuenta de Facebook nos ofrece una versión muy especial de unas de sus canciones con la que poner música a este día.  

Componentes del grupo. Extraído de www.desolmedina.com



     Hoy, desde ElCriticiclo queremos animaros a que festejéis, abráis una botella de vino y escuchéis todo un repertorio tradicional con el que tanto y tanto tiempo, Castilla y León,  lleva construyendo su acervo cultural. Pues cómo bien dicen ellos, para hoy: «fuerza, salud y buen vino».


Ariadna

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