Sí, sí, han leído
bien. Pueden escuchar cómo suena la creación y consiguiente expansión del
universo; es una de las ventajas de que la música esté compuesta por ondas.
Pero no les voy a crear falsas expectativas, no es ni mucho menos una sinfonía
o un temazo, más bien, una obra electroacústica minimalista, que ojo, también
mola. Pero sin duda, es la pieza con el contenido extramusical más complejo, costoso
y estudiado de la historia de la música.
Esta entrada no deja de ser un ejemplo de cómo el contexto y significado del contenido sonoro, eventualmente, es aquello que nos hace apreciar y emocionarnos con aquello que estamos escuchando. Ya sea una pieza históricamente lejana, culturalmente extraña o como en este caso, que las causas de su creación sean "aleatorias".
Contexto histórico
Érase una vez en 1965 en Nueva Jersey, dos jóvenes radioastrónomos estaban trabajando con una gran antena de comunicaciones, pero había un molesto ruido de fondo que no les dejaba desempeñar su labor. Por mucho que desmontaron la antena, revisaron todos sus componentes y la limpiaron del “material dieléctrico blanco” (lo que llanamente es nombrado mierda de pájaro) no conseguían desprenderse de aquel ruido continuo y difuso.
Sin embargo, acababan de toparse con su futuro premio Nobel. Aquello refutaba la idea propuesta por primera vez por el astrofísico George Gamow, de que si mirabas con la suficiente agudeza las profundidades del espacio, hallarías los residuos de la radiación cósmica dejada por el Big Bang o Gran Explosión (por si estás harto de utilizar innecesarios anglicismos). Anyway, con tal descubrimiento estaban validando, ni más ni menos, la teoría de la Gran Explosión, es decir, el modelo cosmológico que explica la creación del universo.
Imagina que estás en la planta 100 de un rascacielos, eso es la Tierra; la altura que hay bajo tus pies hasta la calle, es la extensión del universo hasta su punto de arranque. Las galaxias más lejanas que se habían registrado hasta entonces estarían en la planta 60 y los objetos más distantes identificados (los quásares) se situarían en la planta 20. Pues bien, el descubrimiento de estas hondas microondas que llenan toda la inmensidad, ampliaba el conocimiento del universo visible hasta a un centímetro de las baldosas del suelo. Habían detectado el borde del universo (o al menos la parte tangible de él), los primeros fotones, que la amplitud y el tiempo habían convertido en hondas microondas, como bien supuso Gamow.
En qué consiste.
En 2013 el profesor de física John G. Cramer de la universidad de Washington, gracias a los datos de la Agencia Espacial Europea del análisis sobre dicha radiación cosmológica de fondo, pudo calcular la reproducción del “sonido de la Gran Explosión”.
La simulación representa los primeros 760 000 años de evolución del universo, siguiendo el perfil de la variación de intensidad del espectro de frecuencia (condensado en ondas mononaturales). Debido a que el universo se expande, "estira" las longitudes de onda del sonido que reduce sus frecuencias; es decir, el sonido principal va continuamente descendiendo hacia el grave. Y por último, las frecuencias oídas en la simulación han sido aumentadas aproximadamente por 10 a la potencia de 26, para que coincidan con la respuesta del oído humano, porque las frecuencias reales de la Gran Explosión tienen una longitud de onda extremadamente pequeña.
En el siguiente enlace se encuentra el audio en distintas duraciones, la recomendada es de 100 segundos, y una breve explicación del autor por si quereis ampliar información: Pincha aquí para escucharlo
Si a pesar de ser un blog de música te ha gustado esta buena chapa astrofísica, significa que tu curiosidad sonora no tiene límites. Por ello, te dejo a continuación el sonido que emite el Sol o las vibraciones que genera, que recientemente la NASA consiguió reproducir.
Antonio el Cabezón
Esta entrada no deja de ser un ejemplo de cómo el contexto y significado del contenido sonoro, eventualmente, es aquello que nos hace apreciar y emocionarnos con aquello que estamos escuchando. Ya sea una pieza históricamente lejana, culturalmente extraña o como en este caso, que las causas de su creación sean "aleatorias".
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| Representación del universo, temporalmente y en 3 dimensiones espaciales. (Extraído de: https://tambiensomosamericanos.com/poniendo-el-bang-en-el-big-bang/) |
Érase una vez en 1965 en Nueva Jersey, dos jóvenes radioastrónomos estaban trabajando con una gran antena de comunicaciones, pero había un molesto ruido de fondo que no les dejaba desempeñar su labor. Por mucho que desmontaron la antena, revisaron todos sus componentes y la limpiaron del “material dieléctrico blanco” (lo que llanamente es nombrado mierda de pájaro) no conseguían desprenderse de aquel ruido continuo y difuso.
Sin embargo, acababan de toparse con su futuro premio Nobel. Aquello refutaba la idea propuesta por primera vez por el astrofísico George Gamow, de que si mirabas con la suficiente agudeza las profundidades del espacio, hallarías los residuos de la radiación cósmica dejada por el Big Bang o Gran Explosión (por si estás harto de utilizar innecesarios anglicismos). Anyway, con tal descubrimiento estaban validando, ni más ni menos, la teoría de la Gran Explosión, es decir, el modelo cosmológico que explica la creación del universo.
Imagina que estás en la planta 100 de un rascacielos, eso es la Tierra; la altura que hay bajo tus pies hasta la calle, es la extensión del universo hasta su punto de arranque. Las galaxias más lejanas que se habían registrado hasta entonces estarían en la planta 60 y los objetos más distantes identificados (los quásares) se situarían en la planta 20. Pues bien, el descubrimiento de estas hondas microondas que llenan toda la inmensidad, ampliaba el conocimiento del universo visible hasta a un centímetro de las baldosas del suelo. Habían detectado el borde del universo (o al menos la parte tangible de él), los primeros fotones, que la amplitud y el tiempo habían convertido en hondas microondas, como bien supuso Gamow.
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Modelo de expansión del universo
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En qué consiste.
En 2013 el profesor de física John G. Cramer de la universidad de Washington, gracias a los datos de la Agencia Espacial Europea del análisis sobre dicha radiación cosmológica de fondo, pudo calcular la reproducción del “sonido de la Gran Explosión”.
La simulación representa los primeros 760 000 años de evolución del universo, siguiendo el perfil de la variación de intensidad del espectro de frecuencia (condensado en ondas mononaturales). Debido a que el universo se expande, "estira" las longitudes de onda del sonido que reduce sus frecuencias; es decir, el sonido principal va continuamente descendiendo hacia el grave. Y por último, las frecuencias oídas en la simulación han sido aumentadas aproximadamente por 10 a la potencia de 26, para que coincidan con la respuesta del oído humano, porque las frecuencias reales de la Gran Explosión tienen una longitud de onda extremadamente pequeña.
En el siguiente enlace se encuentra el audio en distintas duraciones, la recomendada es de 100 segundos, y una breve explicación del autor por si quereis ampliar información: Pincha aquí para escucharlo
Antonio el Cabezón
Qué interesante, una pasada!
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