Quizá para muchos el lanzamiento en
marzo de 2017 de la canción “Bum Bum Tam Tam” del productor brasileño MC Fioti,
no sea uno de los más memorables temas del funk carioca (también conocido como
baile funk, un fenómeno muy habitual en géneros con tanto recorrido histórico)
a pesar que Billboard lo tildase como “el mayor banger internacional que el mundo haya visto” y fuese el tema más
escuchado en Países Bajos.
Y aun con este goce de popularidad en
el Top 5 francés y semejante relevancia en los países de habla hispana, el
público general no advirtió que el elemento discordante que constituye el tema
con el que empieza y del que toma la base melódico-rítmica, es copia y pega de
la Partita nº1 (BWV1013 en el catálogo) para traverso de Johann Sebastian Bach.
Quién diría a Bach que los estertores
de su música (que apenas sobrevivió tras su muerte) seguirían sonando 300 años
después a modo de inspiración de un género que aparentemente poco tiene que ver
con las partitas. Sin embargo, profundizando un poco más, se pueden trazar más
paralelismos entre ambas obras: su finalidad de servir de pasatiempo y ser
música para bailar y las condiciones en las que ambas fueron compuestas (ambos
antes de saltar a hacer lo que verdaderamente ansiaban: Bach a trabajar en
Köthen y Fioti a saltar al panorama internacional), acortan ese largo tiempo.
El propio Fioti alegó que “todo fue de última hora y todo fue perfecto”.
Cuando la escuché por primera vez en
las fiestas del pueblo, creí que se estaba reproduciendo la BWV 1013 con la
mala suerte de ser cortado por un desconcertante ‘eh’ pasado por autotune que activó mis instintos. Tras
un rechazo inicial, cada escucha me hizo darme cuenta de la complejidad detrás
de la aparente simple textura en 3 capas (un ritmo básico, una melodía en
ostinato basada en la progresión de cadencia andaluza con el característico
giro frigio y la letra, quizá el aspecto más interesante).
La letra mezcla varios idiomas (lo cual
es poco habitual en este género) siendo el principal el portugués. El texto
casi es un conjuro que, junto a la melodía de la flauta, las mujeres presentes
en una escena de inspiración egipcia se pongan a bailar (as novinha saliente fica loucona e se joga para gente es lo que
dice). El título de la canción es -como no podría ser de otra forma- una
alusión de jerga popular a las nalgas de una mujer, y toda la canción va en la
línea.
Del propio videoclip poco más habría
que decir más allá de los decorados de inspiración altoimperial egipcia en
contraposición a lo que pudiera ser un flirteo
hoy en día -aunque la flauta haga de nexo entre esos dos mundos-.
Sin embargo, estos detalles que miran
desde hace unos años a las metarreferencias de otros géneros extramusicales están
en la línea de una tendencia que podría asemejarse a la legitimización que
sufrió el rock en los 60s, pretendiendo elevar el funk a la categoría de arte.
Desde luego Fioti no es el primero que cita a Bach (el The Beatles en
“Blackbird”, “Penny Lane” y en “In my life” ya citaban pasajes de una Gavotte y de un concierto y de la misma
forma Van Halen en “Eruption”), pero sí debería de ser quien se pronuncie
respecto a estas hipótesis que presento sobre un género que realmente tiene una
altísima audiencia y como tal, no necesita de una legitimización que las
visitas y ventas ya le han dado.
Hugo Martínez Brezmes
Comentarios
Publicar un comentario