BOSSA NOVA, MADE IN JAPAN


                                                                     

El comienzo de la polivalencia artística en la música actual debería verse ejemplificada en el japonés Ryuichi Sakamoto, que, en este álbum, nos vuelve a sorprender con su camaleónica personalidad musical, esta vez junto al matrimonio Morelenbaum, colaboradores habituales del artista nipón. Este LP de creación casi espontánea, pero igualmente denominado como álbum de estudio de bossa-nova, cuenta con versiones de los estándares más reconocidos del género brasileño. A este reseñable álbum le precede A Casa (2001), con casi el mismo repertorio, interpretado ligeramente distinto, como si éste fuese una repetición más elaborada del primero, creado mediante el mismo proceso de invención e improvisación casi instantánea.

Para iniciar el álbum, se decantan por el que quizá sea el tema de bossa-nova más influyente en el jazz de la década de los sesenta en EEUU, “Desafinado”, que se presenta como una versión completamente reinventada, hablando de recursos estilísticos como la forma estructural o los cambios de carácter, manteniendo de forma magistral la característica sonoridad de la bossa-nova intermediado por un acompañamiento cambiante creador de una fluidez en la escucha que resulta demoledora de la estructura preestablecida de la canción. La segunda canción, "Bim Bom" nos mantiene en la misma dinámica de querer movernos alegremente, siendo para mí una elección brillante como una forma de terminar de agotar la batería del movimiento y cansarnos físicamente preparándonos para un intervalo de calma de cuatro canciones más orientado hacia la escucha en el que, el tratamiento de los elementos melódicos-armónicos más marcados por la disonancia, y las apoyaturas melódicas, nos aporta una visión de lo que podría ser un lamento romántico retratado de manera exquisita. Estas cuatro canciones son "Insensatez", la que probablemente sea la más conocida de las cuatro, “Coraçao Vagabundo", "Falando de Amor", y "Chora Coraçao”.

Tras el carácter melancólico, llegando a medio disco, una genial interpretación de "Sabiá", de Antonio Carlos Jobim deja que los lamentos se convierten en algo que roza lo onírico, con una pieza que rompe con el carácter del dolor que trataban las anteriores cuatro canciones en favor de una armonía que no define un estado de ánimo concreto, sino que muestra una transición entre el lamento hacia algo nuevo mediante el sueño y el pensamiento.

Para continuar al tema anterior, se muestra un nuevo punto de vista del amor con una pieza más intimista aún, como es "Tango (Versao em português)", que hace que el amor se trate de forma distinta a como previamente se había tratado, que se distinguía como un lamento o un “choro”. A partir de este momento, el amor se presenta con la idea de sueño, como algo que pasa por la mente en forma de pensamiento presente en lo que nos rodea, como la naturaleza, como algo que fluye. Fluyendo precisamente hasta la siguiente pieza, donde se plasma de forma definitivamente la forma de pensar, con uno de los estándares más interpretados de la historia de la bossa-nova, como es "Chega de Saudade", un lamento que cambia a un timbre de sueño en el momento en el que se verbaliza y se imagina el deseo explícito de estar abrazado a la otra mitad de esta ideada pareja.

El todo del álbum termina en dos canciones, "Samba de Avião" y "Fotografía", dejándonos un final abierto completamente a la historia de amor propuesta en este viaje de emociones románticas.

Es imprescindible observar un ínfimo detalle musical que marca el disco con la seña personal de Sakamoto introduciendo en Samba de Avião el tema melódico principal de su obra más conocida, Merry Christmas Mr. Lawrence de la banda sonora de la película homónima, y que también es perteneciente al álbum 1996 (1996), como un leitmotiv de su persona; una creativa y curiosa forma de firmar y dar un sello de calidad tan brillante como el suyo.


Miguel Gómez


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