Hoy es un día de
mierda. Tras haber pasado estudiando toda la noche, la simpática vecina del
tercero interrumpe tu siesta porque por enésima vez ha dejado las llaves en su
preciosa mesita de noche. Positivamente, piensas que no hay nada que no arregle
un café, vas a la cocina y… ¡sorpresa! tu compañero de piso acabó hasta con los
posos. No te queda otra, bajas al bar, al de siempre, donde no hace falta que
pidas porque los camareros ya saben lo que quieres y de pronto tus hombros
empiezan a moverse, tus caderas a contonearse y tu cabeza marca el pulso con
sutiles balanceos. Está sonando un temazo de
ska, pero no uno cualquiera, uno cuya sonoridad te transporta a los países
del Este y con ese ritmo balcánico tan característico, culpable de que tus
extremidades no cesen en su contoneo.
Cada vez es más
fácil escuchar un tema de estas características en cualquier bar o poder
asistir a un directo en alguno de los festivales de moda.
Remontémonos a
finales de la década de 1970, cuando comienza a surgir en la antigua Yugoslavia
una ola de nuevas tendencias musicales, lo que se conocerá como New Wave. Las principales influencias
vendrán de la New Wave inglesa y
norteamericana, creándose una escena cercana al Punk Rock, Ska, Two Tone, Reggae y Mod Revival.
Una de estas
bandas pioneras fue Šarlo Akrobata, formada en 1980 en Belgrado, Serbia, por Milan
Mladenović, Dušan Kojić, e Ivan Vdović. Aunque su actividad fue corta – se disolvieron en 1981 –, la influencia que
ejerció en la escena musical yugoslava dentro de la New Wave, fue enorme.
Otro de los
grupos pioneros – actualmente también disuelto - y que dieron forma a este movimiento fue el
creado en el Otoño de ese mismo año, 1980, en la ciudad de Novi Sad, Serbia,
bajo el nombre de Kontraritam. Grabaron tres álbumes, el primero de ellos
homónimo a la banda, constituye el primer trabajo de ska grabado en estudio en la antigua Yugoslavia, bajo el sello Jugoton, la empresa discográfica más
importante emplazada en Zagreb.
Este movimiento anti-establishment fue socialmente muy
bien aceptado pero el auge no duró demasiado, el periodo de entorno al año
1982, es considerado crucial para lo que constituyó el declive de esta New Wave, muchas bandas comenzaron a
apartarse de la escena musical, a lo que se sumó la crisis económica de
Yugoslavia de la primera mitad de los 80’s y la inestabilidad política. Además,
otros géneros musicales comenzaron a emerger y rápidamente ganaron mucha
popularidad: post-punk, darkwave, gothic-rock, synthpop,
etc.
No obstante, como
decía, en la actualidad, estamos asistiendo a un revival con algunas bandas emergentes como los JAL (Josip A Lisac), formada
en 2009 en Serbia por Vedran Ferizović (voz y guitarra), Miroslav Popović (voz
y teclado), Predrag Milojković (batería), Dejan Zec (bajo), Nemanja Sovtić
(trombón), Marko Jandrić (trompeta) y Ratko Madžar (guitarra eléctrica) o mis
favoritos, Dubioza Kolektiv, banda fundada en 2003 en Bosnia-Herzegovina
por Adis Zvekić, Almir Hasanbegović, Brano Jakubović y Vedran Mujagić. Más
tarde, se unirían a la banda el guitarrista Armin Bušatlić, Senad Šuta a la
batería, al saxofón, Mario Ševarac y el ingeniero de sonido, Dragan Jakubović. El
grupo ha tenido una gran acogida internacional, especialmente en Europa, que se
hace más notable y creciente en cada una de sus numerosas giras por el continente.
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Dubioza Kolektiv |
En su origen, el objetivo principal de la banda fue el de dar voz a la
problemática social en su país; la mayor parte de sus letras son políticas y se
han convertido en una crítica a la sociedad en general y al capitalismo. Las
bases de su música además, hablan desde la voz de la experiencia puesto que
fueron desarrolladas durante el conocido Sitio de Sarajevo, el más prolongado
de la historia moderna, que tuvo lugar entre 1992 y 1996.
En Budapest,
Hungría, los Pannonia Allstars Ska Orchestra (PASO), comenzaron sus andanzas
musicales en 2003, con un sonido reminiscente de los orígenes jamaicanos. Sus
letras hacen frente a los temas de ska
habituales, condenando la opresión y la discriminación y alentando la
tolerancia.
El ska ha sido capaz de traspasar la
“Cortina de Hierro”, demostrando que la música es más fuerte que cualquiera de
los límites políticos o culturales establecidos. Durante la era comunista, el ska fue capaz de infiltrarse en todos
los medios.
Os invito a
cerrar los ojos, dejar que la música os transporte a tierras balcánicas y… ¡a
mover el esqueleto!
Long Play
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