El pasado 8 de abril Desakato se subía al escenario de la Porta Caeli y no era la primera vez que los asturianos pisaban tierras vallisoletanas. Al igual
que en las anteriores ocasiones, vinieron con un nuevo disco bajo el brazo, pero esta
vez algo en el ambiente hacía presagiar
que nada sería como las anteriores . Y es que DESAKATO hace tiempo que
ya dejó de ser una promesa del rock estatal para pasar a ser una de las bandas
punteras del mismo. Sus últimos e impecables trabajos les han servido para
ganar adeptos y hacerse un hueco entre los grandes. Toda una recompensa a sus
muchos años de duro trabajo. Todo un ejemplo de lucha y superación.
La Teoría del Fuego (2016) es
el nombre del nuevo álbum de la banda y en el que por primera vez han eliminado
la gaita de sus composiciones. De esta manera, a medida que pasan los años su
estilo va quedando más definido después de haber pasado por el punk, el metal,
etc. para afincarse en el hard-core melódico
El concierto arrancó con un tema
del nuevo disco llamado “Tiempo de cobardes” que empalmaron con “La ira de los
hambrientos”. Casi sin tiempo para tomar aliento entre canción y canción, sonaron
hasta la primera mitad del concierto temas que formaban parte del último
trabajo. El recibimiento de estas últimas -como “Animales hambrientos” o
“Columnas de humo”- fue inmejorable haciendo que quedaran perplejos a los
propios protagonistas, quienes confesaron estar alucinando con que la gente las
estuviera cantando. Teniendo en cuenta que no había pasado ni un mes desde que
el álbum hubiera visto la luz, puede considerarse como un gran triunfo.
Veintiuno fue el número de temas
que descargaron aquella noche mágica, metiendo en la primera mitad seis del
último trabajo como “Columnas de humo” o “Como animales hambrientos” y dejando
para el final aquellos más asentados y que les han abierto las puertas del
lugar en el que están.
“R.I.P” o la “Ira de los hambrientos”, son algunos de
los temas con un mensaje más directo y contundente y sonaron ese segundo bloque del concierto donde también tuvieron
cabida “La batalla final” o “Sonrisa certera”. Después de abandonar el
escenario por primera vez, la traca final comenzó con “Cada vez” en la que
Pablo comenzó en solitario y se le fueron uniendo el resto de miembros de la
banda. Primero Nano a la batería junto con Mario al bajo formando la sección rítmica a
los que se les unió Gabri con su guitarra y a los que en la parte cañera se les
unió con su voz, como no podía ser de otra manera Pepo. “Octubres rotos” de su
primer trabajo, “Buen viaje” y “Pánico en Frankfurt” pusieron el broche de oro
a aquella noche de Rock & Roll.
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