El pasado viernes 17 de agosto en Valladolid, y por quinto año consecutivo, la Plaza de Federico Wattenberg se abarrotó para disfrutar un año más del evento musical que conmemora la desaparición física de Elvis Presley, cita obligada ya para muchos. En esta ocasión los conciertos corrieron a cargo de “Fast Forward” (dúo local) y “Tennessee/ Elvis Boys” (banda emblemática del panorama musical de nuestro país). Como cada año la organización la llevó la Delegación de Valladolid del Club Elvis (Blanca y Ángel), y con la colaboración del Rock & Roll Club Valladolid, el Hotel Olid, el Bar Casi que Sí y el Ayuntamiento de la ciudad, dentro del proyecto “Emplazados”. Todo ello en un escenario privilegiado, situado ante la fachada del Museo Nacional de Escultura con público venido de diferentes lugares de nuestra geografía (Alicante, Barcelona, Ávila, Madrid, Zaragoza, Santander, La Coruña, Segovia, León, Asturias, Guadalajara, Valencia, Murcia, Teruel…), muchos de ellos ya habituales.
El dúo “Fast Forward”, formado por Norma Winchester y Jaime Aguado, hizo de anfitrión y deleitó a todos los presentes con versiones, no sólo de Elvis, sino también de mujeres referentes en la música popular urbana del siglo XX como Janis Joplin o la recientemente fallecida Aretha Franklin (la que desde este año compartirá aniversario con Elvis el 16 de agosto). Norma, a la voz, ya tenía varios conciertos a sus espaldas, siempre en la línea del soul, el rythm’n’blues etc, y Jaime la acompañó a la guitarra acústica. Versionaron temas míticos de Elvis como Blue Suede Shoes y Suspicious Minds. El público no quedó indiferente, de hecho, hubo aplausos a mitad de los temas en algún momento de lucidez vocal, y aunque este formato de espectáculo (tanto a nivel del performance como a nivel musical) no se adecua a lo que Norma suele hacer, no defraudaron. La mayoría de sus actuaciones son en locales pequeños y con mucho menos público, pero su chorro de voz hizo las delicias de todos los allí presentes. En el último tema se quedó sin voz cuando apenas le quedaba una estrofa para concluir, pero la gran ovación que recibió lo compensó con creces y la hizo sentirse muy arropada.
Imagen: Henar Sastre, El Norte de Castilla.
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A las 21:30 en punto, y ya con el ambiente caldeado llegó el turno de Tennessee, grupo referente del panorama musical de nuestro país, con 33 álbumes a sus espaldas, más de cuarenta años en la carretera, y miles de fans, de los cuales hubo representación en el concierto (llegados desde As Pontes- La Coruña-, Parla –Madrid-, Santander, El Espinar -Segovia-, Guadalajara, Barcelona, Ávila, Gijón, Teruel…). El grupo en sus orígenes, allá por el año 79, se hacía llamar “Elvis Boys”, ya que nuestro ídolo era un referente para ellos, y grabaron caseramente algunos de sus temas. El cambio de nombre (1985) se debió a que eso de Elvis Boys les sonaba inmaduro, pero querían seguir manteniendo esa relación con la figura del rey y acabaron llamándose Tennessee (nombre del estado americano en el que Elvis residió gran parte de su vida). Desde entonces, triunfaron entre los adolescentes con su rock’n’roll moñas y un marcado estilo doo wap (lo que más les caracteriza). En el año 2017, coincidiendo con el 40 aniversario de la desaparición de Elvis, publicaron “Always on my mind” bajo el nombre de “Elvis Boys”, un recopilatorio de versiones de Elvis (My baby left me, In the guetto, Let it be me…) para rendir homenaje al artista que les unió y al que tanto admiran.
El trío, formado por Amancio, Isidro y Roberto (junto con la banda formada por Fernando Calderón –guitarra-, Nacho Álvarez -batería-, Jaime Zelada –piano- y José Manuel Gómez –staff-) ofreció un espectáculo dividido en dos partes. En primer lugar, dieron un repaso a sus temas míticos (Rama Lama ding-dong, La vi correr. etc) y en la segunda parte versionaron temas del rey. Se atrevieron con Kentucky Rain, Suspicious Minds y Cant help falling in love. Es cierto que estos temas requieren una vocalidad bastante más lírica y profunda (la que muchos fans echamos de menos), pero le dieron su toque personal y la plaza entera bailó y coreó con ellos. El gran carisma de los tres hizo que se metieran al público en el bolsillo desde el primer acorde. El único “impedimento sonoro” fue el viento durante todo el espectáculo, y que, como Roberto dijo “es el gran enemigo de los músicos”.
Elvis se fue de este mundo hace 41 años, pero como se ha comprobado sigue más vivo que nunca.
¡LARGA VIDA AL REY!
Riot Grrl
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