Tove
Lo siempre ha sido una artista muy directa. Su electropop siempre ha transitado
entre la euforia y la devastación emocional, entre la pista de baile y la
introspección más cruda. Dirt Femme, su sexto álbum de estudio lanzado
en octubre de 2022, marca una nueva etapa en su carrera, siendo su primer álbum
independiente bajo su propio sello, Pretty Swede Records. Este no es
solo un disco de pop electrónico; es una exploración de la feminidad, el deseo,
el miedo al compromiso y la lucha con la propia identidad, todo envuelto en
sintetizadores brillantes, bajos profundos y una ejecución vocal que oscila
entre la vulnerabilidad y la seducción.
Un
sonido que se siente en la piel
Desde
la primera canción ‘No One Dies from Love’, el álbum establece su tono
cinematográfico: una oda al desamor con toques ochenteros, donde los
sintetizadores envuelven la voz de Tove Lo en una atmósfera melancólica. Es un
himno a la pérdida, pero también una invitación a dejarse consumir por la
emoción, un sentimiento que impregna gran parte del álbum.
Si
bien su sonido siempre ha estado ligado a la música electrónica, Dirt Femme
amplía su lista. ‘Grapefruit’, por ejemplo, abandona la narrativa
hedonista habitual de la artista para sumergirse en la angustia de una relación
conflictiva con el propio cuerpo. Aquí, los sintetizadores se sienten más
tensos, las percusiones más inquietas, como si la instrumentación misma
respirara la ansiedad de la letra. Es una de las canciones más escuetas del
álbum, no solo por su contenido, sino por su estructura: directa, sin adornos
innecesarios, acompañando a la artista mientras se desnuda emocionalmente.
Por
otro lado, el álbum también tiene espacio para la provocación descarada. ‘2 Die
4’ se apoya en un sample de ‘Popcorn’ de Hot Butter para construir un banger de
club pegadizo y juguetón. Su producción pulida y sus sintetizadores envolventes
la convierten en un climax del disco, un contraste necesario entre los momentos
de mayor introspección.
Pop
con ambición artística
En
Dirt Femme, Tove Lo sigue las estructuras clásicas del pop, pero las
moldea con habilidad para que cada canción se sienta fresca y diferente. Un
buen ejemplo es ‘Suburbia’, una de las piezas más personales del disco. Aquí,
la instrumentación es mínima, lo que permite que su voz y su interpretación
sean el foco principal, transmitiendo emoción sin necesidad de adornos
excesivos. La producción es sutil, cediendo espacio a la letra y al sentimiento
detrás de ella.
En
contraste, temas como ‘Pineapple Slice’, una colaboración con SG Lewis, se
lanzan de lleno a la energía del club, con bajos profundos, sintetizadores y
una “vibra” sensual y provocadora. Este equilibrio entre momentos íntimos y
explosiones de euforia es lo que le da al álbum su dinamismo, atrapando al
oyente en un viaje lleno de contrastes sin perder cohesión.
La
feminidad, el deseo y la vulnerabilidad
En cuanto a su temática, Dirt Femme es, en esencia, una exploración del deseo y la identidad. Tove Lo ha construido su carrera desafiando los estereotipos de la mujer en el pop, y aquí lo hace con más claridad que nunca. La ansiedad ante el compromiso en ‘Suburbia’, el empoderamiento en ‘Kick in the Head’, la autodestrucción disfrazada de placer en ‘Call on Me’…cada canción es un fragmento de una visión compleja y matizada de lo que significa ser mujer en un mundo que constantemente exige encasillar y dar respuestas claras.
Estética
y Concepto Visual
El
apartado visual de Dirt Femme juega un papel fundamental en la
construcción del universo del álbum. La portada muestra a Tove Lo con un
escorpión metálico rodeando su torso, una imagen que evoca fuerza, sensualidad
y peligro, reflejando la dualidad de la feminidad que explora en sus canciones.
El escorpión, un símbolo de transformación y resiliencia, encaja con la
narrativa de vulnerabilidad y empoderamiento del álbum. Además, cuenta con un
símbolo representativo de la artista en el muslo que recuerda al aparato
reproductor femenino.
Más
allá de la portada, los videoclips refuerzan esta identidad visual. ‘No One
Dies From Love’ presenta una estética retro-futurista con tonos neón y una
historia de romance trágico con una androide, mientras que ‘2 Die 4’ apuesta
por una imagen más juguetona y sensual con colores vibrantes. A lo largo del
proyecto, Tove Lo mezcla elementos elegantes y provocativos, creando una imagen
visualmente llamativa que complementa la naturaleza introspectiva y audaz del
álbum.
Un
álbum que se siente, más que se escucha
Lo
más fascinante de Dirt Femme es su capacidad para capturar la
contradicción: es un disco que se siente íntimo y grandioso a la vez, oscuro
pero luminoso. La producción de cada tema está diseñada para ser absorbida por
los sentidos, como un perfume fuerte o una textura sedosa sobre la piel.
Si
bien el álbum no reinventa el género, sí reafirma a Tove Lo como una de las
artistas más interesantes del pop electrónico. Su capacidad para equilibrar la
electrónica con una narrativa genuina es lo que hace que Dirt Femme
resuene más allá de la pista de baile. No es solo un disco de synthpop; es una
experiencia sensorial, un espacio donde la euforia y la vulnerabilidad pueden
coexistir sin pedir permiso.
Ander
Estivariz
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