Perder la voz cantando una canción es la mejor medicación

La Maravillosa Orquesta del Alcohol, 23 de abril de 2016, Villalar de los Comuneros (Valladolid)

Como cada 23 de abril la localidad vallisoletana de Villalar de los Comuneros recibe a miles de personas llegadas de muy diversos puntos y lugares, para celebrar y reivindicar el día de Castilla.  Un día en el que es bastante probable que la lluvia no deje tregua, como si el misterio y las paradojas de la vida nos quisieran recordar la sequedad de nuestras tierras y nuestros campos.

Y como casi siempre, las mejores cosas son aquellas que ni esperas que vayan a suceder o que ni siquiera se encuentran dentro de los planes establecidos. Hacia un día bastante feo pero entre los bailes y los encuentros con personas y amigos que ves muy de vez en cuando, parece que el vendabal y el mal tiempo se olvidan enseguida. Como una gran noticia imprevisible, me entero que ese mismo día toca allí La Maravillosa Orquesta del Alcohol, una banda burgalesa de folk, blues y rock  que lleva formando parte de la banda sonora de mis últimos meses. Y después de unos cuantos intentos fallidos tratando de coincidir con una actuación de este grupo, por fin, por casualidad me los encuentro en el escenario de la campa de Villalar.




Parecía que el tiempo no nos iba a permitir dejar disfrutar del concierto de la M.O.D.A. y después de un poco de agua de primavera salió el sol con fuerza. Eran las seis de la tarde y salían al escenario estos siete chavales burgaleses para ofrecernos un rato de su música y dejarnos bailar y disfrutar con sus temas. Sonaba de fondo  “Live young die Old”, canción que abría su demo del año 2012, cuando todavía cantaban en inglés, y poco a poco la banda iba tomando posiciones acompañados por los pianos del tema y esa vestimenta característica de camiseta de tirantes blanca . Mientras la gente se acercaba hacia el escenario, empiezan las primeras notas del concierto con la canción “Miles Davis”,  el ambiente se calienta y la temperatura va subiendo poco a poco como en una montaña rusa, para seguir con “Amanecederos”, otro tema de su segunda larga duración titulado La Primavera del Invierno, a la vez que el sol se abría paso frente a la lluvia, subiendola temperatura del lugar yalegrando la tarde a los allí presentes.

Tras una presentación de la banda por parte del cantante y guitarrista, suena “Suelo Gris”, un tema de su album ¿Quién nos va a salvar?, más acelerado y con unos coros que animan a cualquiera. A éste le siguen temas como “Amoxicilina” o su mítico “Los Hijos de Johnny Cash” con un público entregado que anima desde abajo y baila desenfrenado. Le siguen los temas de su último disco Primavera y Catedrales, esta última destaca por la potencia de sus teclados hammond que acompaña a unos coros que ponen los pelos de punta en una canción con un nombre bastante acertado. Después llegan las melodías más folk y un grito de esperanza con “Los Lobos”a la que sigue “Flores del Mal”, con una parte final en el que la banda toca una especie de interludio con ritmos latinos que hace que el público entre en un estado de máxima euforia y baile, podríamos decir que algo así como hooligans del folk y la mandolina.

Para quien no conozca el sonido de estos burgaleses, cuesta un poco definir con etiquetas lo que hacen estos siete músicos. Una mezcla de folk, rock, blues y otros reductos sonoros bajo los que fluyen poesías sobre la vida, sobre lo que fuimos y somos, sobre los sueños y los corazones nómadas; con unas melodías pegadizas, que no facilonas, y unos cuidados y emocionantes coros. Una agrupación con una exquisita combinación de instrumentos que ha creado un sonido propio, personal y contundente. Mensajes sinceros, personales y profundos que dan que pensar y sobre todo que sentir. Una formación que bebe de múltiples influencias, pues así nos lo hacen ver con las versiones que de vez en cuando nos regalan, y  es que una banda que versiona a Eskorbuto y luego nos sorprende con una gran adaptación de Silvio Rodriguez ya de primeras tiene mi corazón conquistado.

La parte final del concierto estaba reservada para los grandes himnos de su primer trabajo. Con 1932, Vasos Vacíos, Quien nos Va a salvar, Nómadas, y Gasoline alcanzaron la parte más apoteósica y coreada del concierto, con melodías exquisitas, coros fantásticos, y mucha poesía. Y es que estos chavales saben mantener a su público conectado, bailando y saltando durante todo el espectáculo musical. Estos jóvenes tienen un camino muy grande por recorrer además de lo que ya tienen detrás tras cinco años, más de 250 conciertos,cientos, miles, de kilómetros a sus espaldas y un puñado de temas que se han convertido en grandes himnos.

Despedida de la M.O.D.A. tras su actuación


Una hora de música en vivo en la que demostraron cómo se deben hacer las cosas. Un directo lleno de fuerza donde se sentía la energía arriba y abajo del escenario y se notaba que estos chavales sienten de verdad lo que hacen y así nos lo muestran con tanta pasión y fuerza. Y a diferencia de otras bandas que he podido disfrutar en directo después de haberme “estudiado” bien su discografía, no me siento defraudado con el sonido en vivo que nos ofrecen y la energía que nos transmiten.

Sansi Walker

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