"Raphael Shinphónico", 1 de abril, Palacio de los Deportes de León
El 1 de abril tuvo lugar en el Palacio de los Deportes de León uno de los conciertos de la gira “Raphael Sinphónico”, proyecto que el cantante comenzó el verano de 2015 en el Teatro Real de Madrid, pues además de ser una gira, “Sinphónico” es el último trabajo de Raphael grabado en directo el 18 de septiembre en el Teatro Real con la Orquesta de RTVE. Con más de 55 años sobre los escenarios el cantante linarense ha hecho esta vez una recopilación con sus temas más populares que ha querido interpretar junto a una orquesta sinfónica. La idea es tocar con la orquesta de cada provincia o comunidad autónoma, en el caso de León, con la OSCYL. Estos conciertos que empezaron en España pretenden continuar en lugares como Colombia, México, Miami, Nueva York o Los Ángeles.
Como de costumbre las entradas se agotaron, y es que Raphael siempre ha sido un divo, una especie de folclórica a la que sus fans le apoyarían incluso si, se me ocurre, hubiese estado implicado en algún tipo de estafa urbanística en, no sé, quizá Marbella. Aunque eso en España nunca ha pasado, hubiese sido un “escándalo”, pero el caso es que su figura ya está más que consolidada.
En esta ocasión el concierto duró dos horas y media y no las tres a las que nos tiene acostumbrados el cantante, pero aun así no tuvo desperdicio. Con un amplio setlist destacaron temas que ya son grandes joyas de la corona como “Mi Gran Noche”, “Escándalo”, “Digan lo que Digan”, “Yo Soy Aquel”, “Provocación”, “Qué sabe nadie” o “En Carne Viva”, aunque por supuesto, el que más me gustó fue “Cuando tú no estás” ya que habla de una tal Laura, y claro, una se siente identificada.
El sonido en las primeras filas estuvo genial, la orquesta estaba muy bien amplificada y la voz de Raphael se oía perfectamente, aunque a veces demasiado para mi gusto, pero en la grada alta había bastante reverb al tratarse de un espacio amplio pero cerrado. Destacó la presencia de los vientos, a veces con ritmos a contratiempo a lo crooner, y la verdad es que no fue un reto tan grande arreglar las canciones de Raphael para orquesta, pues siempre han sido bastante sinfónicas de por sí, y temas como “Mi Gran Noche” o “Escándalo” sonaban prácticamente igual. Se podría decir que en general las canciones no ganaron fuerza, pero tampoco la perdieron, que es lo que quizá se pensaría al tratarse de un acompañamiento con sinfónica. Hubo partes en las que la orquesta descansó, y se tocaron canciones al piano y también a la guitarra, algo más intimista, tan intimista que estoy convencida que alguna de las señoras aprovechó para echarse una siesta, porque la verdad es que la media de edad era bastante alta.
Dejando de lado las ironías, el concierto valió la pena. Al final es cierto que la voz le empezó a fallar después de dos horas sin descanso, pero, aun así, Raphael no defrauda y la performance y vitalidad que muestra en el escenario a sus 72 años son únicas, digan lo que digan.
LGo
Indudablemente; Unico y maravilloso!
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