Viña Rock y Skindred: Los grandes olvidados


Para el que no lo conozca, el Viña Rock es uno de los festivales más grandes de la Península Ibérica, asentado concretamente en la localidad albaceteña de Villarobledo.
Con veintiún años a sus espaldas, este evento concentra anualmente entre ciento cincuenta mil y doscientas mil personas en el puente del 1 de mayo (aunque la fecha puede variar ligeramente según coincida con dicha festividad).


Es sin duda uno de los festivales más relevantes en el panorama musical español, abarcando hasta seis escenarios, además de carpas musicales, restaurantes y pequeñas ferias como el Viña Grow.

Con el paso de los años, la oferta musical ha ido aumentando (aunque a veces parece que la organización va a menos), hasta el punto de tener un cartel con la friolera de cien grupos en este año, abriéndose a estilos que van desde el reggae, el funk, el ska, el punk o el rap hasta, obviamente, el rock, siendo en su gran mayoría grupos nacionales a excepción de algún que otro internacional, como es el caso este año de los italianos Talco o los británicos Skindred.

En mi caso, he asistido en varias ocasiones a este festival y he visto numerosos grupos de todo tipo de estilos (y si no he asistido a más ha sido por coincidencia de horarios, algo totalmente entendible dado la gran cantidad de grupos que participan en el evento), pero sin duda uno de los que mejor sabor de boca me ha dejado este año fueron Skindred.

Algunos lo conocerán por formar parte de la banda sonora del videojuego Need For Speed Underground 2 con su tema “Nobody”, los que no, se trata de un grupo que mezcla Nu Metal con Reggae principalmente, aunque se deje entrever pinceladas de Rap, Dubstep, Drum n Bass o ska. Ellos mismos lo denominan “Ragga Metal” o “Un Reggae”.




Pese a tener apenas cincuenta minutos para realizar el concierto y estar en el escenario olvidado, desde el principio lo dieron todo en todos los aspectos, y es que no sólo transmitían la “caña” como cuando escuchas algunos de sus temas desde tu ordenador o desde sus discos, sino que el grupo, y sobre todo Benji Webber, su vocalista, animaba al público dirigiéndose a él en numerosas ocasiones, llegando a hacer parar las canciones para que la gente se uniese a el cantando y saltando, e incluso haciendo que todo el mundo se pusiese de cuclillas para subir de golpe al son de la música, lo que hacía entrar en acción al personal, cogiendo cada vez más ritmo.

Detalles que parecen muy típicos pero que marcan la diferencia, animando al público, conozcan las canciones o no. Tampoco podemos olvidarnos del guitarrista, Michael Fry, tan parecido a Billy Gibbons de Zztop y el cual no paraba de menear de un lado para otro su poblada barba pelirroja.

Y es que temas como “Nobody”, “Pressure”, “Kill the Power” o “Worlds on Fire” no faltaron ni defraudaron, pero tampoco algunos de su último disco “Volume” (2015) como “Under Attack”, el cual abre su último LP y dio comienzo al concierto, un concierto que exprimieron al máximo, tanto musicalmente como en lo que al espectáculo se refiere.

Es cierto que hay temas que no a todo el mundo pueden gustar o no son tan accesibles, pero tampoco lo son canciones de grupos como Narco o Sociedad Alkohólika y sin embargo tocan en los escenarios “grandes”. Y pese a ser nacionales y gozar de gran fama y años de carretera en los escenarios del país, (lo cual ha hecho que se ganen el hueco en estos escenarios) mucha gente se queda porque tocan en los escenarios principales, no por el hecho de que les guste.




Y llegados a este punto, algunos os preguntareis el por qué del título de este artículo. Pues bien, bajo mi punto de vista, el Viña Rock está descuidando la calidad de algunos grupos, y digo esto porque, para el que no haya ido alguna vez, los tres escenarios destinados al rock (a excepción de los grupos de versiones) están situados en el mismo sector, dos juntos y un tercero (el denominado este año Control por la marca de preservativos), más destinado al metal y a grupos como Skindred, separado por una carpa que funciona como bar y pegado a las vallas que delimitan el recinto del festival.


 




De hecho, podemos verlos aquí en la edición del Resurrection Fest 2015 celebrada en Viveiro, Galicia, como el número de asistentes es notablemente superior al del Viña Rock.

También es verdad que este festival está más dirigido a un público consumidor de este estilo de música y del metal en general, pero creo que en Villarobledo podían haber tenido mucho más público y aceptación en los otros escenarios, pero claro, es mejor que toquen La Gran Pegatina, La Pulquería y Talco seguidos uno tras otro, cuando son similares los tres. Además, si Los Chichos cerraron la noche del sábado del Viña Rock 2015, puede merecerse el puesto en ese escenario cualquiera…



Sorprende que un grupo que ha ganado premios como el Kerrang! Al mejor artista británico en 2011, quede relegado a un escenario alejado.

Es cierto que en España no son muy conocidos, y mucha gente, pese a ir a un festival con una oferta tan amplia, parece que siente miedo a lo desconocido y acaba yendo a “sota, caballo y rey” sin arriesgarse a conocer un grupo nuevo para ver a otro por octava vez, pero estoy seguro que si Skindred hubiesen tenido la oportunidad de tocar en uno de los otros dos escenarios de rock (Negrita y Giró), la gente se habría quedado y les hubiera sorprendido, atrayendo a un gran número de personas y no sólo a un puñado de “valientes” que decidieron irse al escenario “marginado” para probar suerte… y de lo que seguro que la gran mayoría no se arrepintió.


                                                                                                                             Álvaro Entrena

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