Este pasado Carnaval ha impreso una página histórica en el épico concurso de escolas de samba de Río de Janeiro. Beija-Flor, la escola ganadora de este año, se ha alzado con la victoria con el samba enredo titulado “Monstro é aquele que não sabe amar (Os filhos abandonados da pátria que os pariu)” [“Monstruo es aquel que no sabe amar (Los hijos abandonados de la patria que los parió)”] , una crítica abierta y mordaz contra el penoso momento político que vive Brasil.
Desde hace décadas, el carnaval de Río de Janeiro es la fiesta más grande del mundo, y uno de los momento clave en esta celebración es el concurso de escolas de samba. Cada “escuela”, presenta un tema único, un samba enredo con el que desfila en el mítico sambódromo. Son 13 las escolas que desfilan en el primer grupo, el de mayor nivel. El jurado valora diferentes aspectos del desfile como la canción, la batería de percusión, la temática del enredo y del desfile, el vestuario, la espectacularidad de la comisión de frente, etc. De esas puntuaciónes sale la ganadora, mientras que las dos con menos puntuación, pasarán a desfilar en otra categoría al año siguiente. En el caso de este último carnaval, las menos puntuadas fueron Grande Rio e Imperio Serrano.
De forma tradicional, los sambas enredo hablan sobre la alegría, la samba, las escolas, la música, de Brasil como el gran paraíso, o la fiesta. Son canciones alegóricas que a veces están dedicadas a artistas en especial o a momentos relacionados con la historia de Brasil. Pero el tema del samba enredo que se ha vencido en el sambódromo este año es otro muy diferente.
Oh pátria amada, por onde andarás? Oh Patria amada, ¿por dónde andarás?
Seus filhos já não aguentam mais! Tus hijos ya no aguantas más,
Você que não soube cuidar Tú que no supiste cuidar,
Você que negou o amor Tú que negaste el amor
Vem aprender na Beija-Flor Ven a aprender de Beija-Flor.
La situación que vive Brasil en los últimos años se ha filtrado a todos los rincones de su sociedad y también ha llegado al carnaval. Los abrumadores niveles de corrupción de la clase política, sumados a la terrible controversia que provocó la cuestionable destitución de la ex presidenta Dilma Rousseff y el ejercicio despótico del actual presidente Michel Temer, de cuyo gobierno fue la decisión de suprimir el Ministerio de Cultura, son el caldo de cultivo del que nace la canción ganadora del carnaval 2018.
Los disfraces de Beija-Flor mostraron a los políticos como ratas con maletines de dinero, y pusieron delante de todo el país la pobreza creciente de las cada vez más numerosas clases populares. Incluso, desfilaron con la figura de un gran vampiro que representaba al presidente Temer. Y no fue solo Beija-Flor. La Escola Paraíso do Tuiuti, con el enredo “Meu Deus, Meu Deus! Está extinta a escravidão?” (“¡Dios mío! ¡Dios mío! ¿Está extinta la esclavitud?”) quedó en segunda posición cuestionando que la esclavitud esté realmente abolida en Brasil.
Esperemos que pronto vuelvan los enredos sobre la alegría, el baile y la grandeza de Brasil como el volcán cultural que es, porque las clases políticas de todas las naciones del mundo hayan empezado a gobernar para sus pueblos y no contra ellos.
FORA TEMER
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