Artem Ovcharenko en El Cascanueces. Fotografía de la página oficial del Teatro Bolshoi.
El pasado día 10 de abril los y las amantes de la música clásica y el ballet pudieron disfrutar en directo, de forma gratuita y desde el salón de sus casas de una obra cumbre en la carrera del compositor ruso Pyotr Ilych Tchaikovsky: El Cascanueces. Debido a las circunstancias ocasionadas por el COVID-19, la página oficial del célebre Teatro Bolshoi ruso decidió retransmitir actuaciones y conciertos de sus piezas más conocidas a través de su canal de YouTube.
El Teatro Bolshoi es un emblema de la música clásica rusa. Una curiosidad es que su inauguración data del año 1825 y se estrenó con el ballet La Cenicienta del español Fernando Sor. El Teatro Bolshoi tiene una capacidad de casi 2000 espectadores. En este caso, la capacidad del teatro superó indudablemente esa cifra ya que la retransmisión del Cascanueces fue vista por miles de personas más alrededor del mundo. El viernes 10 de abril el director musical fue Pavel Sorokin y los bailarines principales fueron Anna Tikhomirova y Artem Ovcharenko, tres figuras muy bien conocidas en el Teatro Bolshoi.
El ballet constó de dos actos. El primer acto terminaba con la victoria de la princesa y el príncipe frente a los ratones, mientras que el segundo acto estuvo más enfocado en el mundo de los dulces, el amor entre Clara y el príncipe y la frustración porque todo lo vivido fue un simple sueño. Ambos actos fueron explicados previamente a su puesta en escena en varios idiomas mientras de fondo sonaba la pequeña obertura y el leitmotiv principal que todo el mundo asocia al cuento del cascanueces ya que se trata de un repertorio canónico.
El primer acto inició con la bien conocida pieza “La decoración del árbol de Navidad” a la que en este caso le faltó una mayor presencia de graves por parte de la orquesta. La escenografía, sin embargo, se mantuvo brillante durante todo el ballet. Destacaron enormemente las expresiones faciales de los protagonistas, la gestualidad, la delicadeza y la ligereza. Un ballet de la talla del Teatro Bolshoi es realmente impresionante incluso visto a través de la pantalla. En las piezas “La danza del abuelo” y “Clara y el cascanueces” destacó los bien llevados a cabo cambios de dinámica que junto a la expresividad por parte de los y las bailarinas fueron una maravilla.
La técnica de los y las bailarinas es realmente espectacular y la musicalidad que logran en escenas como la pelea entre Clara y su hermano es increíble y muy llamativa. Volviendo a la parte musical, en “La batalla” los vientos perdieron intensidad y no crearon el efecto deseado. Por lo contrario, las cuerdas destacaron positivamente con una técnica frotada y una agilidad impoluta. Este primer acto terminó con “La danza de los copos de nieve”, cuya escenografía, decorado e iluminación fue espectacular. La delicadeza con la que la orquesta interpretó esta pieza fue casi mágica.
Escena de la pelea entre Clara y su hermano. Fotografía de la página oficial del Teatro Bolshoi.
El segundo acto comienza con la llegada de Clara y el príncipe al reino de hielo y termina con Clara despertando y descubriendo que todo se trataba de un simple sueño. Lo más destacable de este segundo acto fueron las piezas de las danzas alemana, china y rusa en las que tres parejas de baile exhibían sus respectivas danzas frente a Clara y el príncipe. Musicalmente la “Danza rusa” hizo remarcar de nuevo el brillante papel de los violines en toda la obra.
El decorado y la iluminación fueron los aspectos más efectistas del segundo acto. También llamó la atención la cantidad de personas encima del escenario en alguna escena, más de 60. Esto da pie a imaginar cómo de grande es el escenario del Teatro Bolshoi y todo el esfuerzo expresivo que se ha de realizar para que la gestualidad llegue al público.
Escena de la noche de Navidad. Fotografía de la página oficial del Teatro Bolshoi.
Llegó el final de El Cascanueces y antes del despertar de Clara, los dos protagonistas demostraron sus habilidades en dos interminables solos. Los giros y la técnica de Artem Ovcharenko destacaron más frente a los de Anna Tikhomirova. Tras una mal interpretada coda por parte de la orquesta, a la que se pudo ver en el foso dos veces, al inicio y al final de todo el ballet, finalizó una de las obras más icónicas y conocidas de Tchaikovski en un formato un tanto peculiar debido a una situación como la que estamos viviendo sin precedentes.
Miglena.
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