Las protestas por Pablo Hasel y la lírica caótica de Cecilio G a través de “THE ANIMALS”


El acalorado debate sobre la libertad de expresión en la música que comenzó hace casi un mes con las protestas que se produjeron en múltiples ciudades españolas en favor del rapero Pablo Hasel parecería ya estar prácticamente superado ya que los medios de comunicación, en cuanto se conoció la sentencia contra el músico, dejaron de cubrir el grueso del fenómeno social que suscitó el debate. 
Sin embargo, en medio del conflicto, el siempre ganador y polémico trapero barcelonés Cecilio G publicó su tema “THE ANIMALS” que, a pesar de contar con una cobertura mediática cuanto menos escasa, lo sigue petando desde su publicación en YouTube el 19 de febrero, cuando anunció en su cuenta de Instagram que todo lo generado por su canción iría a parar a Hasel. 
No obstante, en la pieza, que aparentemente habría sido compuesta en favor de Hasel, Ceci no toca directamente el polémico debate sino que, con el caos y la elegancia que le preceden, se dedica a rimar – cuando rima – cuanto le viene a la cabeza sobre el tema. Así, sus bizarras letras, apoyadas en un sample del original de The Animals, “The House of the Rising Sun”, alcanzan en este sencillo una de las cimas en la obra de Cecilio, quien se nota particularmente a gusto fluyendo – si es que se le puede llamar así a su estilo – sobre un boomboom-clap y sobre el suelo de su Barcelona natal, aunque no lo hace en medio del fuego cruzado de una protesta acompañada de su buena dosis de guarnición policial sino caminando por su calle y saludando a sus paisanos. 
Y es que es en este contexto donde más brilla la lírica propia de Ceci, caótica al poder traducirse bien en un ejercicio de métrica rara, críptica o directamente vacía, como lo es casi todo el tiempo, bien en un “frasón” inaudito prueba del subversivo genio del trapero barcelonés quien en este tema brinda al oyente atento una crítica inteligentísima del conflicto así como una muestra clarificadora de su ideología y pensamiento, hecho observable a través de las tres estrofas que estructuran la canción. 
De esta manera, en la primera de las tres Ceci muestra un estilo personal y autobiográfico que no utiliza una escritura realista sino un compendio de versos de rima asonante con un claro e incluso literal carácter punk. De esta estrofa quizás son salvables los versos que rezan: “Vamos a empezar de cero/De cuando no tenía ni las prendas ni el dinero/No quiero matar gente, yo no soy un gatillero/Conexiones callejeras, por eso controlo el juego/Cuando anduve preso me di cuenta de eso/Que la muerte manda flores, pero nunca besos”. 
La segunda es, a mi juicio, la mejor. En esta, en vez de posicionarse irremediablemente a favor de las acciones de Hasel, como sería esperable, Cecilio critica abiertamente la actitud del leridano no increpándole como es habitual en el género callejero sino aconsejándole. Así, Ceci le explica a Hasel cómo se hace, “Con mi tema favorito te explico, 0-0 zumito/Lo mío tiene delito, pero no me delato/Te lo enseño y no mato, dale tiempo al relato/Al final pone un fin y el fundido es en blanco”, para después definirle como “[…] el chico que ha sufrido mucho bullying/Y en el desenlace quiere ser el malo de la movie” y, rompiendo el discurso musical y textual, posicionarse a favor de la causa del rapero con un solo verso, “Y que quiera ser el boss lo veo bien”. 
Mas la crítica no cesa con la tercera estrofa, cuando prosigue: “No creas que soy idiota, porque sería de idiotas /Y si ellos son de plástico y tú un poco más orgánico/Pero todo es basura (No te creas tan especialito)”. Y es que a partir de este último verso Ceci expone su pensamiento irreverente y subversivo, contra todo tipo de poder u opinión pública, con frases como “No soy Dios pero vaya, todo Cristo me ralla” o, quizás la mejor de la canción y actuando como cierre, “No confío en la patrulla y menos en la canina/La loca de los gatos, animales anima”. 


Este breve análisis estructural ayuda a evidenciar cómo el tema, sin sentido argumental aparente, es todo un ejercicio lírico de considerable calidad, un caos descarado e insolente que no se rige por ningún condicionamiento, ni ideológico, ni público, ni artístico ni mucho menos estatal. 
Con todo, resulta especialmente clarificador observar cómo el mensaje de la canción popular que versionó el grupo The Animals, que funciona como una advertencia para no acercarse a “la casa del sol naciente” acaba por travestirse en manos de Ceci a través de una base vacilona que humilla al significado original huyendo de la norma y de la dimensión de lo correcto. 

Si aún no has escuchado el tema, “tranqui”, aún estás a tiempo, aquí abajo te lo dejo. Y eso, ya lo sabes, que Ceci siempre gana.


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