En la época prepandemia parecía que la cultura estaba tomando nuevos rumbos con excitantes propuestas. Y como no podía ser de otra manera, Toundra, la banda madrileña de post-rock no se quedaba atrás. Tras lanzar sus dos primeros álbumes decidieron involucrarse en 2019 en un proyecto donde girarían representando la banda sonora de la conocida película del expresionismo alemán “Das Cabinet des Dr. Caligari”.
Lo peculiar del proyecto reside en la reconceptualización y composición de una banda sonora completamente diferente a la original por parte del grupo, expandiendo sus horizontes musicales y artísticos más allá de la música. Si bien es cierto que la magnitud de la tarea podría parecer un atolladero donde considerar meterse (no solo por hacer justicia al largometraje en sí, si no también a su intencionalidad artística en yuxtaposición con la parte audiovisual) Toundra no solo “salva el tipo” sino que además realiza un trabajo sobresaliente y actualiza una obra de arte que sigue manteniendo un mensaje muy actual hoy en día.
La existencia de este proyecto tiene más conexión de la aparente con el pasado de los años 20, su epoca de estreno. La crítica al gobierno militar, encarnada por el doctor, y al adoctrinamiento de la población alemana, caracterizada por Cesare, queda bastante patente en la película. El grupo decide retomar esa idea y volver a exponerla en 2019 en pleno auge de la extrema derecha en Europa. ¿Casualidad? Causalidad más bien. Ejemplo de que, como dijimos anteriormente, el mensaje de la película sigue siendo actual y Toundra solo ha decidido actualizarlo y sacarlo acertadamente otra vez a colación.
El género en el que Toundra gravita es un estilo que no tendría por qué ser del todo ajeno a la música de banda sonora. El post-rock es un género mayoritariamente instrumental caracterizado tanto por la originalidad y complejidad de sus audios, como por el especial cuidado a la hora de crear absorbentes paisajes sonoros de un carácter textural casi táctil. Podemos escuchar las influencias de gigantes del género como Russian Circles, Mono, The Ocean o God is an Astronaut. Esto último hará las delicias de todas las fanes del género e incluso puede que cautive alguna oreja inquieta. En este caso cumple todos y cada uno de los objetivos de una buena banda sonora: genera un espacio y un tiempo, provee de información no visual a la imagen, otorga profundidad e identidad a los personajes y proporciona continuidad y coherencia al desarrollo de la trama. Aunque el disco se puede escuchar perfectamente de manera independiente, es realmente aconsejable que al menos la primera vez se reproduzca como banda sonora de la película.
La obra abre con “Titelsequenz”, un corto pasaje de guitarra, piano y sintetizadores que presenta la escena sobre la que se construirá el resto de la banda sonora. Este pequeño precedente se corresponde perfectamente con la entrada de títulos de la película y no solo introduce la película y la música, sino que se postula como una declaración de intenciones artística, estilística y estética.
“I. Akt” despliega ante nosotras un paisaje de aparente vitalismo que implanta la simiente del lento crescendo dramático que se va produciendo hacia la mitad del tema que, acertadamente, no llegan a resolver. En los últimos minutos se produce un alivio de la tensión generada anteriormente, que en conjunción con el video da un respiro al relato y lo enriquecen con unos cuidados juegos de dinámicas que van a caracterizar la producción.
En “II. Akt” desembocamos en una de las piezas más oscuras e intensas donde una estridente guitarra nos recibe para volver a crear una escalada de tensión propia de una película de terror. Golpes de efecto como la sección donde simples y solitarias notas de piano resuenan en una inmensidad lejana acrecientan esa sensación de peligro sin necesidad de abrumar al espectador con un paisaje sonoro denso y ansioso que si recrean en otros pasajes.
“III. Akt” y”“IV. Akt” asientan las bases propias de una producción filmográfica dando peso a la repetición de elementos y motivos, así como variaciones de diferentes pasajes. Refrescan el ambiente tan reverberado de la producción introduciendo unos sintetizadores espaciales propios de Vangelis y proporcionando espacios de respiro donde, otra vez, las dinámicas vuelven a ser clave para elevar la narrativa.
“V. Akt” nos sorprende con una propuesta de lánguida solemnidad y omnipresente intriga. Los arreglos de corte más minimalista arman una escena que, empujada por el swing pasado el cuarto minuto, realzan los aires de fatal gravedad que impelen los últimos eventos de la película. La pieza concluye con un eléctrico enmarañamiento de guitarras tan nervudo como célico, haciendo germinar la mayor expresión de belleza luminosa en medio del perpetuo velo espectral del concepto de este álbum.
“VI. Akt” cierra el periplo elaborando una estrategia disyuntiva entre la compacidad del tercer acto y lo ominoso del quinto. Se puede llegar a notar como la savia rockera fluctúa palpitante en el interior del grupo con propuestas que yuxtaponen arrebatadoras líneas melódicas con traqueteantes pero contenidas secciones rítmicas. Afianzan y recogen los esquemas propuestos anteriormente en la obra para acabar rematando con el último estallido de tensión inconclusa.
“Das Cabinet des Dr. Caligari” es ahora una pieza artística única e independiente de la que Toundra debería sentirse muy orgullosa. Demuestra la versatilidad e impronta estética de un grupo con una madurez artística excepcional y transforma una obra nacida con una intencionalidad previa en una pieza actual y única.
¡Recomiendo encarecidamente esta nueva odisea al gabinete del Doctor Caligari!
Album:https://www.youtube.com/watch?v=OQNxLyM6MmA&list=OLAK5uy_nND9odQHVbth4Q8ZZVElEuA5QbFYT5I-8&index=8
Pelicula: https://vimeo.com/393884802
Por Bruno García Morate
Muy interesante la propuesta de estos chavales aunque no son aptos para todos los oídos. No me parecen sencillos de escuchar ni disfrutabkes por todo el mundo. Muy recomendable también su aventura junto a El Niño de Elche tras el nombre de Exquirla
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