(Crítica del álbum Le fil de Camille)
¿Os gustan los dibujos en línea continua? ¿Imagináis este concepto en música?. Hoy os enseño un álbum audaz, firmado por la cantante Camille. Lo publicó en 2005, compuesto con el apoyo del productor MaJiKer (label: Virgin/EMI). Es la segunda producción de la artista, que le arrojó en primer plano de la escena musical nacional, después de un álbum más canónico en el género pop francés; también sigue la ola experimental de Björk en 2004. Se titula Le fil: el hilo, que esmaterializado no solo en la portada delante de la cara de Camille, sino también por una nota pedal de Si, que conecta las dieciocho canciones. Se hizo Disco de Platino además de recibir otros precios, como los “Victoires de la musique”. Aunque se inscribe en el género de la chanson française, el álbum va más allá del modelo esperado con un texto poético, tradicionalmente acompañado por un aire instrumental a menudo simple, repetitivo, en forma estrofa-estribillo.
La imagen bastante minimalista de la portada simboliza la estética del hilo: los rasgos del rostro de Camille, así que supelo, acentuados por la luz, que además cree una sombra en el fondo…
Esta sencillez representa sin duda el hecho de escoger trabajar sobre todo con ruidos de boca y de cuerpo. Pero no deja presentir la dimensión experimental del proyecto. Camille juega con samples, desde la simple onomatopeya o vocalización hasta los gargarismos pasando por aire soplado… Cada canción está construida con entradas sucesivas, hasta que el espacio sonoro sea suficientemente lleno.
Se acaba con la desaparición de todos estos estratos musicales hasta que solo quede el Si continuo. Es verdad que, aunque unas sean a capella, también aparece un bajo eléctrico en una mayoría de las piezas, así que una guitarra, metales y/o percusiones en algunas (por ejemplo en los títulos «Assise» o «Quand Je marche»); se oye incluso un piano de manera anecdótica. Se ha de notar encima que la propia voz a veces imita los sonidos de verdaderos instrumentos. Camille se encarga de todas las grabaciones vocales, salvo una ocurrencia en «J’ai tort», en la cual escuchamos una voz masculina apoyando a la cantante. Eso amplifica el registro, ya muy vasto gracias la búsqueda de variedad por parte de la compositora. En cuanto al canto, partes habladas puntúan las más melódicas. Encontramos un poco de inglés mezclado al francés a lo largo de la letra, en general muy poética, muy evocadora. A veces esta poesía es absurda: todo concurriendo a la riqueza de interpretación, la importancia reside en el sentimiento más que en el sentido. También la escritura literal aún más abre la exploración del sonido, al insistir en ciertas vocales o consonantes. Luegoanalizaré un ejemplo en detalle.
Escuchar Le fil en su versión de estudio permite notar cada fragmento grabado. El pedal en Si vinculando las cancionesfavorece la inmersión del oyente y la cohesión de la totalidad del álbum. Sin embargo, este enlace no impide una grandiversidad de sonoridades. Camille se aventura en diferentes universos musicales; usa una plétora de ritmos distintos, frecuentemente superpuestos. La base en Si no limita excesivamente la armonía. En suma registra las posibilidades de combinaciones vocales expresivas, trabajando en cierto modo la polifonía (de hecho aparece un canon en «La rue deMénilmontant»). El repertorio alterna entre canciones suaves y otras más dinámicas y animadas, no nos deja desviarnuestra atención. Por último, tengo que precisar que escuchamos dieciocho canciones solamente en la edición limitada, queofrece tres más que la usual, puestas al fin del álbum. Es verdad que ahora, en su versión digitalizada en las plataformas de streaming musical, solo existe la edición limitada, para el deleite de todos: así se puede aprovechar una experienciacompleta.
Algunas menciones de honor antes de que escuchéis con avidez esta obra maestra que acabo de presentar :
- «La jeune fille aux cheveux blancs»: En su calidad de primer canción del álbum tiene el papel muy importante de introducir el propio concepto de la obra. Empieza con la toma de respiración de la cantante antes de entonar el Si pedal (dos grabaciones se superponen). Suena como un soplo de vida que anima la música y lleva al oyente en su universo. Luego entra el canto, basado en el cromatismo Do#-Re. Se establece al mismo tiempo la tonalidad de Si menor y unaatmósfera misteriosa. ¿Quién es la chica del pelo blanco que se presenta, y que hace de verdad? Mientras la historia se cuenta, las grabaciones de acompañamiento se juntan a la voz principal, mezclando armonía y ritmo, a la manera de un beatbox ligero. Así pues Camille entra en materia con una pieza enseguida sorprendente, sin revelar todo el potencial de Le Fil. De la misma manera no revela el misterio del personaje de la chica.
- Las «Janine» 1, 2 y 3: Estas forman una serie dentro del conjunto total, una variación sobre un motivo común, en cierto modo. Apoya otra vez la noción de hilo conductor, así que la voluntad de exploración sonora. Son canciones más cortasque las demás, claramente aparte. La letra es completamente inventada, a primera vista, pero es cierto que siempre se puede entender una significación. La abundancia de preguntas en sí misma puede ser ilustrativa del proyecto de la artista decuestionar los cánones musicales.
Sea como sea, Camille seguramente trae ese “french touch”, que hace el álbum indispensable entre el repertorio de la chanson française. Y no hace falta entender el texto para disfrutar de la musicalidad muy expresiva del conjunto.Entonces, ¡que aprovechéis!
Astrid L. Brugnon
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